Esta es una historia que contiene todos los ingredientes necesarios para un buen guión de cine. Sus protagonistas son Carlos Ortiz-Echagüe, su esposa, Verónica Mengod, y una joven, de nombre Alejandra, a quién no conocían de nada y quien de golpe e inesperadamente, ha llegado a la vida de esta feliz pareja, integrándose perfectamente en su entorno familiar junto a Alejandro y Claudia, los dos hijos que Carlos y Verónica tienen.
Alejandra nació de una relación que su padre tuvo antes de conocer a Verónica, y de su existencia se enteró hace tres años por una llamada telefónica: “Mi madre me ha dicho que soy hija tuya”. Los tres protagonistas de esta historia explican en una amplia entrevista en la revista ¡HOLA! que está desde hoy a la venta como fueron los primeros encuentros y como en estos tres años Alejandra se ha convertido en una más en la familia. Desde las Maldivas, donde se hicieron las fantásticas imágenes que acompañan la entrevista, Carlos afirma: “Lo primero que hice fue contarle a mi mujer lo que estaba pasando. Cuando nos hicimos el test de ADN, que resultó totalmente positivo, decidimos darle mis apellidos”.
Y Alejandra tiene claro que ayudó a que la nueva situación se hiciera fácil: “Verónica ha sido muy importante en esta historia. Si hubiera sido otra persona, nunca hubiésemos llegado a esta situación tan normal que tenemos”. Luego añade: “Hace seis meses he tenido un hijo y he querido que Verónica fuera su madrina”.
Por su parte, Verónica Mengod explica: “Pensé en el tiempo que esta niña había estado sin su padre, así que decidí que lo mejor era conocerla y que se hicieran todas las pruebas necesarias”. Ella fue la primera persona con la que habló Carlos tan conocer la existencia de su hija mayor: “Nada más tener la conversación con Alejandra, mi marido vino a casa y me dijo que tenía que contarme una bomba que iba a cambiar mi vida”.