Su naturalidad, simpatía y, sobre todo, su voz le han llevado a hacerse un hueco en la música. Sin embargo, David Bisbal no olvida sus raíces y ha regresado precisamente al escenario que le vio nacer como cantante, el de la academia de Operación Triunfo. Siete años y millones de discos vendidos después, Bisbal, que ha recuperado sus característicos rizos, se colocó al otro lado de la barrera, junto a las estrellas invitadas. Explicó que trabaja ya en su cuarto disco, un álbum que prepara con mimo y que está destinado a un público muy amplio, ya que intentará conquistar con él el mercado europeo y norteamericano.
Lo más importante es además, según puntualizó, llevar la cultura andaluza allá por donde va, algo que demostró con creces cuando cogió el micrófono. Y es que cuando vio a su compañera de canción, Rihanna, una de las artistas más de moda del momento gracias a su Umbrella, no pudo evitar un espontáneo "¡olé!". Con ella, interpretó por primera vez en directo un tema que han grabado a dúo y que mezcla los idiomas español e inglés, Hate that I love you so.
Una final que se alarga
La pareja desembarcó en un OT que está alargando la final, aún le quedan dos semanas, hasta que el público deje sólo a tres concursantes. Ayer expulsaron a Sandra, que tuvo que batirse en duelo musical con otro de los menos votados, Manu. El público, como era de esperar, salvó al que ha sido favorito desde el inicio del programa y la concursante se fue entre lágrimas, aunque sabe que le espera el papel de María Magdalena en el musical Jesucristo Superstar. Ahora Pablo, Manu, Chipper y Virginia se disputarán el primer puesto de esta sexta edición.