Sin duda, los mejores momentos del cincuenta aniversario de los premios Grammy se vivieron sobre el escenario. Presente y pasado de la música se unieron en un juego de voces que emocionaron al público con magníficos dúos, momentos que provocaron las mayores ovaciones del público. Con un ajustado conjunto plateado, Tina Turner, que demostró que a sus 68 años aún conserva grandes dosis de energía, ofreció como aperitivo de su actuación los primeros acordes de Whats love got to do with it y Better be good to me para calentar la voz. Después de más de siete años alejada de la emoción del directo, Turner se unió a una de las sensaciones del R&B del momento, Beyonce Knowles en la melodía Proud Mary, el tema con el que ganó precisamente un Grammy en 1972.
Andrea Bocelli quiso rendir un sentido tributo a una de las grandes voces líricas desaparecida recientemente. "Estoy aquí para honrar la memoria de Luciano Pavarotti" dijo antes de interpretar The prayer con Josh Groban. La sorpresa con mayúsculas vino de la mano de una colaboración virtual: Alicia Keys, sentada al piano, y el desaparecido Frank Sinatra desgranaron los acordes de Learnin the blues. En una noche llena de recuerdos musicales no pudo faltar Aretha Franklin que, tras recoger su gramófono a la mejor canción de gospel por Never Gonna Break My Faith, cantó con Bebe Winans.
Los Beatles también recibieron su particular homenaje de la mano del grupo acrobático Circo del Sol, que presentó algunos números de su reciente montaje Love inspirado en los éxitos de los de Liverpool. Tom Hanks, maestro de ceremonias elegido para este especial momento, exclamó: "Hoy celebramos el poder de los Beatles". Ringo Starr fue invitado a subir al escenario para recoger el premio al disco de la banda sonora de dicho espectáculo, junto a sus creadores. "Hola, mi nombre es Ringo" dijo el músico, provocando las carcajadas del público.