"Casi un funeral de Estado". Así ha calificado el diario italiano La Republica la despedida que Italia ha ofrecido a Luciano Pavarotti, que ha sido retransmitida en directo por la televisión pública italiana. Miles de personas se han acercado hasta la catedral de Módena, su ciudad natal, para dar un multitudinario último adiós a una de las voces más impresionantes de los últimos tiempos. Entre ellos, se encontraban el jefe de Gobierno, Romano Prodi, acompañado de su mujer, Flavia Franzoni, varios ministros italianos y el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, entre otros. Asimismo, Bono, líder de la banda musical U2 y que fuera gran amigo del tenor, también quiso dar su último adiós a Luciano Pavarotti. Italia no había vivido una respuesta popular tan alta en un funeral desde la muerte del papa Juan Pablo II, hace dos años y medio.
"No sólo estará para siempre en nuestro corazón, sino en nuestro cada día, en nuestro trabajo y en nuestra existencia", declaró Andrea Bocelli recordando a Pavarotti, fallecido el pasado jueves a los 71 años a causa de un cáncer de páncreas. Hoy, en el funeral del tenor italiano, presidido por el arzobispo de Módena y oficiado por 18 sacerdotes, Bocelli ha cantado por última vez ante su compañero y amigo, del que ha reconocido que era un perfecto ejemplo de espíritu alegre. El cuerpo ya sin vida de Pavarotti estaba situado ante el altar de la catedral, en un féretro cerrado de madera clara de arce rematado con una cruz sobre el que destacaba un gran ramo de flores formado por rosas rojas y girasoles, colocado sobre la tapa. La soprano búlgara y gran amiga de Pavarotti Raina Kavaivanska fue la encargada de iniciar a la ceremonia religiosa con un emocionante Ave María de la opera Otello de Verdi.
Su último aplauso
Muy cerca del féretro se encontraba una destrozada Nicoletta Mantovani, viuda del tenor, que fue incapaz de contener las lágrimas durante gran parte de la ceremonia. A su lado, la hermana de Pavarotti, Gabriella, y las tres hijas mayores del primer matrimonio. Tampoco faltó su ex mujer, Adua Veroni. Los miles de personas que quisieron seguir la ceremonia tanto dentro como fuera del templo, sólo rompieron su respetuoso silencio para aplaudir con fuerza en varias ocasiones, una de ellas cuando el féretro del tenor abandonaba la catedral camino del cementerio.