El torero Oscar Higares y Sandra Álvarez esperan su segundo hijo para este verano

Por hola.com

En el caso de Oscar Higares, queda muy claro que «de casta le viene al galgo». Nieto de mayoral, hijo de matador, tuvo clarísima su vocación de torero cuando, aún muy niño, puso los pies por primera vez sobre la arena de una plaza de toros. De nada sirvió que su padre, conocedor de primera mano de la dureza de esta profesión, se esforzara al máximo en disuadirle con todos los medios a su alcance. Oscar estaba decidido: siguió adelante contra viento y marea hasta conseguir hacer realidad su sueño dorado.

Cuando Sandra Alvarez (hermana de la actriz Ana Álvarez) conoció a Oscar Higares, en el año 1991, ella tenía solamente dieciocho años y él, todavía novillero, veintiuno. Así que el día que Oscar tomó la alternativa en la plaza de toros de las Ventas, de manos de Roberto Domínguez y Pepe Luis Vázquez, Sandra estaba ya a su vera, incondicionalmente enamorada. Oscar y Sandra tienen una nueva ilusión en sus vidas, una alegre noticia que han querido compartir en exclusiva con ¡HOLA!: están esperando un bebé para el próximo verano. Hace dos años nació India, su primera y única hija hasta el momento. Ahora, entusiasmados ante esta nueva paternidad, se plantean ilusionados el formar algún día familia numerosa.

—Sandra, ¿cómo le diste a Oscar la noticia?
¡Estábamos juntos! —exclama riendo—. Hace un par de semanas, de vacaciones en Canarias... En cuando sospeché que podía estar embarazada, salimos corriendo a la farmacia. Igual que cuando llegó India, Oscar estaba conmigo, mirando atentamente la prueba del embarazo, a ver si daba positivo. Cuando salió que sí, nos volvimos locos de alegría. Estábamos contentísimos los dos, porque teníamos ya muchas ganas de tener otro.
—¿Habéis barajado ya algunos posibles nombres?
Pues lo tenemos bastante difícil. India es un nombre especial y ahora vamos a tener problemas para encontrar un nombre así a su hermanita o hermanito, que aún no se sabe.
-Qué preferís, ¿niño o niña?
Yo —dice Oscar—, si acaso por cambiar, me gustaría que fuera un niño. Pero mi hija es tan sumamente cariñosa conmigo, que si fuera una niña estaría igual de feliz. A los dos nos hace ilusión, si es un niño, por vivir otra experiencia.
—¿Qué supuso la llegada de India a vuestras vidas después ya de doce años de relación?
Algo realmente fantástico —continúa Oscar—. Pero no hubo que esperar a que llegara. Desde que supimos que iba a nacer, todas las emociones del proceso hasta que nació fueron ya increíbles. Y Sandra añade: —Los dos teníamos muy claro que queríamos tener hijos desde siempre. Cuando vimos que era el momento de ir a por ellos y me quedé embarazada por primera vez, estábamos los dos como locos.