Con más de una hora de retraso llegó a laermita de San Juan de Gaztelugatxe (Vizcaya)Anne Igartiburu para contraer matrimoniocon el bailarín Igor Yebra.
Era éste, sin embargo, un retraso si se quiere más que justificado,porque la novia tuvo que subir a pie los231 escalones que, en forma de zigzagueante,llevan a la citada ermita..., con un ceñido vestidode encaje, en blanco roto, adornado conuna discreta cola, de la diseñadora Lidia Delgado.
Arriba la esperaba desde hacía tres cuartosde hora —él también se retrasó— su prometido,el hombre del que se enamoró hacecasi tres años, llevando ambos dentro de la mayordiscreción posible su noviazgo. De la manode su padre, y teniendo que recogerse la colaen los tramos más empinados del recorrido,Anne ascendió con paso firme los escalones talladosen la roca.
Los invitados también esperaban a la puertade la pequeña ermita que domina la isla, desdedonde se podía disfrutar de unas inmejorablesvistas de los acantilados cercanos de la localidadde Bermeo. Igor, nervioso, aguardaba en el interiorde la ermita, a la que entró del brazo desu madre y madrina, Milagros Iglesias (Mila).
Un gran número de curiosos y admiradoresde la presentadora y el bailarín hicieron pasillopara que, entre aplausos, Anne accediera al interiorde la ermita. En el altar, decorado conmotivos marineros y presidido por la proa deun bote de pesca de la zona, esperaba ya nerviosopor la tardanza el novio.
La Misa fue celebrada por el padre JuanGallastegui, gran amigo de la familia y que conocea Anne desde que era muy niña (él fuequien le dio la Primera Comunión y era tambiénel director del primer coro en el quecantó la popular presentadora vasca).
La ceremonia bilingüe (castellano y euskera)duró algo más de cuarenta y cinco minutosy estuvo amenizada por un terceto de cuerdaque interpretó varias piezas clásicas elegidaspor los novios, entre las que pudimosescuchar el Himno de la alegría, de la novenasinfonía de Bethoven, el Elcanon, dePachbel, y el Ave María, de Schubert.
Las lecturas, también elegidas por los novios, fueronsacadas de El Cantar de los Cantares, de las Epístolas de San Pablo y del Evangelio deSan Juan.
Llevó las arras una niña de Calcuta, de nombreKira, a la que, al final, Anne abrazó y besóefusivamente. La pequeña estaría, según hemospodido saber, amadrinada o incluso adoptadapor la popular presentadora de ‘Corazónde...’.
En el momento de escribir estas líneasno hemos podido comprobar, sin embargo, silos trámites de esa posible adopción siguenaún su curso o están ya ultimados.
Habla Anne
Ya convertidos en marido y mujer, Anne eIgor, seguidos de sus invitados y amigos, entrelos que se encontraba Paloma Lago en su primeraaparición pública tras el anuncio de suruptura sentimental con Alvaro Bultó, iniciaronel descenso. Durante el mismo, los recientesesposos no dejaron de prodigarse muestrasde cariño.
En un determinado momento pudimosconversar brevemente con la novia, que nosdijo:
—Ha resultado todo muy bien y estoy muycontenta y, a la vez, muy tranquila.
—¿Cuál ha sido el momento más emotivo?
—Cuando, al llegar a la ermita vi a mi familiay a mis amigos. Por otra parte, la ceremoniaha sido preciosa y tuvo una música muy bonita.
—Iréis, lógicamente, de viaje de novios ahora,¿no?
Igor va a trabajar y yo le acompañaré. Es un viaje fuera deEspaña.
—¿Has echado de menos a alguien en especialun día tan señalado como hoy?
—Podía decir que a mi madre. Pero mi madreestaba con nosotros, siempre nos ha acompañado,está en mí. Las personas que faltansiempre están con nosotros.
(La madre de Anne Igartiburu, siendo éstauna niña, perdió la vida en un trágico accidentede helicóptero cuando intentaba rescatar aunos montañeros en el Naranjo de Bulnes).
Fue una boda íntima y familiar, como ellosmismos habían querido, en un paraje idílicodesde el que se dominaban los acantilados dela agreste costa cantábrica del País Vasco.Anne e Igor, ya convertidos en marido y mujer,ofrecieron una cena a sus invitados en el restauranteEneperi.