A las siete de la mañana, en la clínica del Sagrado Corazón de Sevilla, ha muerto Sandra Domecq, una "gran dama" como la han calificado todos los familiares y amigos que han vivido, con estupor, la precipitación de la muerte de la ex mujer de Bertín Osborne. Aunque ayer mismo, el propio cantante afirmaba que su ex mujer se recuperaba poco a poco, lo cierto es que si por la mañana había alguna posibilidad de optimismo, por la tarde, a eso de las siete, su estado hacía presagiar lo peor.
Profundo dolor en Jerez
Sandra Domecq ha vivido con profunda entereza una grave enfermedad, que ha batallado durante años. Porque Sandra, por encima de todo, ha amado la vida y a los suyos, a sus hijas, a Alejandra, Eugenia, Claudia y Ana Cristina (fruto de su matrimonio con Fernando Portillo.) Las hijas no han querido separarse de su madre, en esta última recaída que le ha costado la vida. Bertín Osborne ha sido fiel a su ex mujer y a sus hijas durante estos duros momentos. No ha dudado ni un instante en acudir día a día al hospital para estar, en los últimos momentos, junto a la madre de sus hijas, a la que llegó a calificar como "una hermana".
La boda de Alejandra les unió en la felicidad
En octubre de 2003 su hija Alejandra dio un paso hacia el altar y el "sí quiero". En aquella ocasión se pudo ver a toda la familia muy unida e ilusionada, no sólo por esa historia de amor que florecía; también por comprobar cómo Sandra Domecq había logrado, a base de fortaleza y amor a la vida, superar el cáncer que le amenazaba por dentro.
Sin embargo, la batalla ha finalizado trágica y gris. Eso sí, nadie podrá decir que Sandra Domecq no ha luchado y que los suyos no han estado,hasta el último momento, con ella.