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La magnífica catedral gótica de Oviedo fue el escenario perfecto para el enlace de Natalia Álvarez y Rafa Camino. El torero, como marca la tradición, contrajo matrimonio en la ciudad de la novia, aunque vestido con chaqué y no de corto como suelen casarse los diestros.
Rafa llegó dos minutos antes de que marcaran la taurina hora de las cinco de la tarde del brazo de su madre, Maria Ángeles Sanz, la orgullosa madrina que vestía un vestido en tono rosa palo, de gasa, drapeado en la parte superior, acompañado de broche, mantilla y pendientes largos. “Hacía mucho que esperaba poder ponerme la mantilla”, decía un día antes de la boda de su hijo. Su traje, al igual que el de su hija Marian y el de la novia, lo había diseñado su gran amigo, Eduardo Ladrón de Guevara.
En la plaza de la catedral se agolpaban cientos de ovetenses que salieron a la calle para ver a los novios y darles sus felicitaciones. Así, bajo los gritos de "¡torero, torero!", Rafa Camino recorrió los 40 metros de alfombra roja hasta llegar a la catedral, donde esperó la llegada de la novia.
Una novia radiante
Esta se producía diez minutos después. Natalia Álvarez llegaba acompañada de su padre, José Manuel Álvarez Menéndez, padrino de la boda en un Rolls-Royce modelo Cloud de color azul marino y plata, como minutos antes había hecho Rafa Camino. La novia lucía un vestido de raso color blanco vela con escote cuadrado y bordado, al igual que las mangas, y detalles inspirados en el prerrománico asturiano, acompañado de velo de tul acabado en encaje y prendido con un elegante moño bajo. Natalia completaba este diseño Ladrón Guevara con zapatos azules a juego con el fondo de la abertura de la parte trasera del vestido.
© GtresArropado por toda su familia
En el interior del templo, esperaba ya Rafa Camino, acompañado de sus hermanos, Francisco, tan parecido físicamente a él y Paco, el hijo que Paco Camino tuvo en un matrimonio anterior. También estaba su hermana Marian, embarazada de siete meses, y muy guapa, con un elegante traje rojo. Marian y Jorge Bazaco esperan ansiosos la llegada, dentro de dos meses, del primero de sus hijos, un niño.El templo fue decorado para la ocasión con centros en forma de columna formados por una variedad de lirio blanco, algunos de los cuales superaban los dos metros de alto. Además se utilizaron para decorar los púlpitos y los laterales de los bancos cascadas colgantes de enredadera.
© GtresPaco Camino, el padre del novio, en primera fila
El célebre ex torero Paco Camino, y padre del novio, también quiso estar con Rafa en un día tan especial y presenció la ceremonia desde la primera fila de bancos, sin embargo, prefirió no asistir a la celebración posterior. Fue el día de la boda, cuando el que fuera conocido diestro le entregó a Rafa su regalo, un presente guardado celosamente hasta ese momento.Durante la ceremonia, oficiada por el canónigo José Franco, el coro de cámara Stretto y el cuarteto Divertimento interpretaron varias piezas musicales. Al final de la celebración religiosa, mientras los novios, padrinos y testigos firmaban el acta matrimonial, el coro rociero Brisas del Guadiana interpretaba la Salve rociera.
© GtresEl banquete nupcial
Concluida la ceremonia religiosa, Rafa Camino y Natalia Álvarez, ya convertidos en marido y mujer, se unieron a sus invitados para celebrar el banquete nupcial, ofrecido en el hotel La Reconquista, donde también se alojaron gran parte de los huéspedes. Allí, los cerca de 300 invitados a la boda pudieron degustar un exquisito menú compuesto de cóctel de langostinos en piña con medallón de langosta, crema de almejas y almendras y solomillo al foie gras fresco con patatas panadera y jardinera de verduras. Por decisión de los novios, no se sirvió tarta nupcial. De postre, hubo profiteroles con nata y salsa de chocolate así como biscuit glacé. La fiesta y el baile se prolongaron hasta altas horas de la madrugada.
