Los duques de Lugo acudieron a almorzar al restaurante Jockey, de Madrid, en compañía de un grupo de amigos. Don Jaime de Marichalar, que recibió el alta médica hace unas semanas, demostró durante su salida que su recuperación es muy favorable y que ya se vale por sí mismo. La Infanta Elena, por su parte, se mostraba feliz ante la positiva evolución de su marido y no dejó de sonreir en ningún momento.
Tras la comida, doña Elena abandonó rápidamente el restaurante para asistir a un acto oficial, y su esposo permaneció más tiempo compartiendo un animada sobremesa con sus amigos. Posteriormente, don Jaime se despidió del personal del local y se introdujo en el vehículo que le trasladó hasta su domicilio madrileño, donde le aguardaban sus hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica.
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