ESPARTACO Y PATRICIA HAN SIDO PADRES

El niño, Juan, nació en Madrid, por parto natural y pesó 3,200

26 NOVIEMBRE 2001
Juan Antonio Ruiz Espartaco y Patricia Rato han sido padres por tercera vez. El niño, al que bautizarán con el nombre de Juan, pesó tres kilos y doscientos gramos y vino al mundo, como sus dos hermanas, en la clínica Ruber de Madrid.

Estaban deseosos de aumentar la familia y nunca dudaron a que irían a por un tercero, aunque con tiempo... Y así fue. Cuando la mayor de sus vástagos, Alejandra, ha cumplido los nueve años, y la más pequeña Isabel, los siete, Juan Antonio y su esposa han traído al mundo un nuevo heredero para la dinastía.

“Estoy muy feliz y muy tranquilo”
“Todo ha salido estupendamente. Muy bien. Estoy muy feliz y muy tranquilo. El nacimiento ha sido por parto natural y muy rápido. Patricia entró a las nueve en el hospital y a las once ya había nacido el bebé”.
“De la misma forma –añade Juan Antonio- que hicimos para el nacimiento de nuestras dos hijas, y a medida que se han ido aproximando las fechas previstas para el alumbramiento, nos hemos instalado en Madrid. Patricia y el doctor Mendizábal – hijo del que fuera médico-ginecólogo de la reina doña Sofía- tienen una gran amistad. Un trato muy familiar y eso da mucha tranquilidad”.

“Las niñas están como locas”
Ahora, después de permanecer unos días en la Capital, en la casa de los padres de Patricia, el matrimonio y su bebé regresarán a Sevilla. Allí, en la capital Hispalense, serán recibidos por Alejandra e Isabel que, de momento, y por razones escolares, permanecen al cuidado de sus abuelos paternos, aunque, como dice Juan Antonio, “están como locas por conocer a su hermano”.

Dedicado por completo a la familia
Juan Antonio Ruiz, que ostenta el record de ocho temporadas liderando el escalafón taurino, dijo adiós a los ruedos, cumplidos los cuarenta, el pasado día 29 de septiembre en la Real Maestranza de Sevilla. Con una gran ovación y, 22 años después de haber tomado la alternativa, el diestro de Espartinas hizo su último paseíllo vestido de luces: "Ha llegado la hora de dedicarme a mi mujer y mis hijas, a mis cosas. Seguiré trabajando y lucharé por nuevos propósitos personales, como la ganadería, el campo y, sobre todo, la familia. Quizás también pueda dormir y dejar dormir. Ojalá me quede la sensación, cuando vaya por la calle y vea a mis compañeros, de sentirme torero".
Espartaco brindó el primer todo de aquella tarde a Patricia, embarazada ya de seis meses: "A mi mujer, porque esto lo hemos conseguido juntos"... Ahora, y hablando en un terreno más personal, ha llegado, también, la hora de brindar por una gran familia numerosa.