CAYETANO MARTÍNEZ DE IRUJO Y GENOVEVA CASANOVA PRESENTAN EN SOCIEDAD A SUS MELLIZOS, AMINA Y LUIS

4 SEPTIEMBRE 2001
El quinto hijo de la duquesa de Alba, conde de Salvatierra, y uno de los hombres más atractivos de la alta sociedad española, presentó en sociedad, a mediodía de hoy martes, cuatro de septiembre, a sus dos hijos, Amina y Luis, y a la madre de éstos, Genoveva Casanova.
En la zona de los Alcores, dominando una extensa y riquísima vega, espléndida en naranjos, trigales y olivos, se dieron cita los profesionales invitados a esta informal e inusual presentación. El lugar de encuentro: “Las Arroyuelas", la finca heredada por Cayetano del patrimonio Alba. Un lugar muy especial en el que el jinete, después de proclamarse el pasado fin de semana, Campeón de España de Caballos Nacionales, en la modalidad de salto, se ha instalado con su nueva familia.

El don Juan de los Alba y sus herederos
Con el espíritu protector de los antiguos y nobles caballeros, el conde de Salvatierra o don Juan de los Alba, mostró orgulloso al mundo, a sus dos primeros descendientes y a la mujer, Genoveva, por la que alegremente ha dejado atrás su larga lista de conquistas y su pasado como famoso soltero de oro. En la finca “Las Arroyuelas”, antiguamente dedicada a la labor por sus riquísimas tierras, en la zona conocida como Las Motillas, Cayetano, vestido de campo, y Genoveva, con pantalón blanco y camisa rosa informal, posaron con sus dos bebés en los brazos y adelantaron, como contestación a una pregunta sobre su boda, que sólo el futuro podrá decirles y decirnos lo que va a pasar con su relación.

La paternidad que cambió su corazón y su vida
Cumplió Cayetano ante el mundo con su palabra, aunque sabían, sin embargo, los dos que sus niños serían abrazados por ambos en cuanto llegaran al mundo y que ninguna distancia era suficiente grande como para que, cuando llegara el momento, el conde de Salvatierra no asumiera responsablemente una paternidad que ha cambiado su corazón y su vida. No hay que olvidar que fue éste conquistador empedernido y caballero andante y que no dejó de añadir amores y nombres de bellas conquistas a su vida sentimental hasta que un día, en su andadura, en un puerto cercano a sus históricas posesiones, territorio de los Alba, conoció a Genoveva Casanova. Una joven mexicana con apellido aplastante para su larga lista de títulos y oropeles con la que coincidió en Jerez de la Frontera (Cádiz) durante un concurso hípico en el que él tomaba parte.

Huyendo de la fama
Una mujer diferente a la mayoría de sus antiguas relaciones: discreta y nada interesada por el mundo de la fama ni por sus integrantes. De hecho, Genoveva Casanova no usó como excusa su embarazo o sus estudios de Filosofía y Letras en Sevilla para quedarse en España sino que, por el contrario, cuando vio que el mundo podía echársele encima, en lugar de buscar un hueco entre los Alba para refugiarse, decidió volver a su casa mexicana, para que fueran los suyos los que cuidaran de ella. Sabía que lejos de nuestro país, aunque ello supusiera no ver al padre de sus hijos con frecuencia, tendría la suerte de disfrutar de su embarazo sin tener que galopar hacia la fama perseguida por los mismos fotógrafos que encumbraron a Cayetano... Y Genoveva tenía razón. Sin la presión de las cámaras, la pareja tuvo la oportunidad, durante los dulces meses de gestación, de protagonizar, en la intimidad, tiernos encuentros y escapadas románticas por el territorio azteca... Ahora, un mes después del alumbramiento y, desde el pasado martes, Genoveva y sus dos hijos se han instalado con Cayetano en España bajo la protección de los Alba, aunque la duquesa Cayetana no conozca todavía a sus dos nuevos nietos.