Coincidiendo con su 50 cumpleaños, Carmen Martínez-Bordíu ha concedido una extensa entrevista a ¡HOLA! que los lectores pueden encontrar esta semana. En ella, y frente a sí misma, hace un repaso a su vida. En su apartamento de alquiler de las afueras de París, nos descubre su forma de pensar y de sentir en este crucial momento de sus bodas de oro con la vida: “Cincuenta años es... un horror. Cuando te pones a pensarlo de verdad te deprimes porque, en realidad, tú no te sientes con cincuenta años... pero los tienes. Los tengo. Y me empiezo a deprimir y a decir: 'En el fondo estoy así, deprimida, porque tengo esa edad'. Y le das vueltas y te torturas la cabeza porque, claro, todos tenemos miedo al final, a la muerte, y vas viendo que te queda menos tiempo”.
Carmen piensa que la vida le ha tratado muy bien, aunque podría haberle evitado algunos momentos muy dolorosos: “Creo que soy una persona optimista e inconformista. Yo me guío más por el instinto o la intuición que por la cabeza. Y no me exprimo mucho las meninges para ver lo que tengo o no tengo que hacer. Funciono un poco por el instinto. Lo puedes llamar, acaso, inconsciencia, pero es así. Soy así”. Carmen es una mujer a la que el paso del tiempo ha tratado con benevolencia: “Yo no ando a la caza de arrugas. No vivo estresada ni obsesionada por ellas. Tengo otras cosas mucho más importantes que hacer y entonces me queda muy poco tiempo para mirarme al espejo”. Carmen Martínez-Bordíu habla de sus matrimonios, la muerte de su hijo Francisco, de sus recuerdos de familia y de su relación con Roberto Federici, el hombre con el que comparte su vida. Una entrevista en profundidad que los lectores podrán encontrar en la revista.
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