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Un emocionado Iñaki Urdangarin alza el brazo tras recibir la medalla de bronce. El duque de Palma de Mallorca ha puesto, en Sidney, un broche de oro a su carrera deportiva
La imagen muestra la alegría de la infanta Cristina, que sujeta en sus brazos a un sorprendido Juan Valentín. La selección española de balonmano había conseguido el bronce
Tras el triunfo frente a Yugoslavia, la Familia Real celebra la victoria. En la imagen el príncipe de Asturias alza los brazos, mientras la Reina y la infanta doña Cristina muestran su alegría
5 OCTUBRE 2000
Iñaki Urdangarín se va. Y lo hace con la satisfacción del deber cumplido. El marido de la infanta Cristina dejará de jugar al balonmano aunque, como buen profesional buscará la manera de seguir vinculado a este deporte. A sus espaldas queda una trayectoria deportiva plagada de éxitos y buenos recuerdos. El duque de Palma de Mallorca no habría podido tener mejor colofón: el cálido apoyo de la Familia Real española en Sidney, un emocionante encuentro frente a Yugoslavia –Iñaki metió el último gol de penalty- y la medalla de bronce, quedarán grabados en el corazón de uno de los deportistas con mejor palmarés de la historia.
Emoción en las gradas
El príncipe Felipe, la reina Sofía y la infanta Cristina, con el pequeño Juan, viajaron hasta Australia para apoyar a los deportistas españoles y en especial al equipo español de balonmano. Siguieron con pasión y nerviosismo varios de los partidos, entre ellos el que disputaron España y Suecia, en el que se decidía cuál de los dos equipos jugaría en la final, o el encuentro en el que nuestro equipo consiguió el bronce frente a los yugoslavos. Los gestos y actitudes de la Familia Real española mostraban con claridad lo que ocurría en la cancha a cada instante. Momentos de tristeza, de alegría, de desesperación o de profunda efusión.
El hincha más joven de la familia
Tras meter el último gol, Iñaki Urdangarin fue levantado en hombros por todos sus compañeros. El duque de Palma de Mallorca se dirigió hacia su esposa y se fundió en un abrazo con ella. Recibió las felicitaciones del príncipe Felipe, de doña Sofía y de sus padres, pero su mayor seguidor en estas olimpiadas ha sido, sin duda, su hijo Juan.
