Podía haber elegido el fin del mundo, pero Mariah Carey decidió grabar aquí su videoclip Sweetheart. Una bella elección, sin duda, porque Laga es muy musical, con buenos surfistas bailando al son de las olas. Gracias al impresionante peñón calcáreo de Ogoño, sobre el que se acuesta, la playa podría erigirse en la más hermosa del litoral vasco. Bien se ve que el oleaje no encuentra defensas, pero su arena blanca y fina la resarcen de cualquier carencia. Además, su importante zona dunar va creciendo año tras año, debido a las vallas de regeneración, lo que embellece el paisaje. En esta playa ventosa desemboca el arroyo de Laga y cuenta con un pinar y un pequeño merendero con fuente de agua potable. Cuando las olas arrecian, no faltan surfistas a los pies del Ogoño. Los bañistas siempre tendrán que dejar de bañarse si la bandera así lo prohíbe.
Una costumbre muy extendida fuera de temporada estriba, después del paseo, en merendar chocolate con pan tostado en el restaurante Toki Alai (que, además, abre todo el año), aunque mejor en días lluviosos. Truene o luzca el sol, siempre merece la pena visitar su animada terraza y, si se tercia, echar una partida a las cartas.
Desde el mirador del acantilado al cabo Ogoño, al que se sube por el cementerio de Elantxobe tras una agradable caminata entre helechos, se observa una vista magnífica del arenal y de Bermeo. Ya se sabe, que ver las cosas desde las alturas da otra perspectiva.
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