Génova en 48 horas, todas las pistas para conocer lo esencial (y más)
El casco histórico más grande de Europa, edificios decorados con la fascinante técnica del trompe l-oeil, palacios declarados Patrimonio de la Humanidad o la casa natal del mismísimo Cristóbal Colón: la hermosa Génova nos espera para desvelar, uno a uno, todos aquellos enclaves que la convierten en una de las ciudades más hermosas de toda Italia. Tenemos dos días para descubrirla. ¿Comenzamos?
Desparramada desde lo más alto de una colina hasta llegar a su famoso y colosal puerto, la capital de la región de Liguria es una “ciudad en vertical”. Quizás sea precisamente su disposición la que, con los años, la haya llevado a convertirse en una urbe repleta de contrastes. Por un lado, existe la Génova que se desarrolla entre los famosos caruggi, un auténtico entramado de vías que más aparentan una laberíntica medina árabe que el casco histórico de una ciudad italiana. Por otro, la versión de la Génova más señorial: la de las grandes plazas, monumentos y fuentes. Muy probablemente, el encaje armonioso entre las dos versiones de la ciudad sea la que lleva a enamorarse de ella a primera vista.
VIERNES TARDE
Comenzamos nuestro recorrido por la hermosa Génova precisamente dando un paseo por una de sus plazas más majestuosas e importantes: la piazza de Ferrari. Situada entre la zona antigua y la nueva, su inmensa fuente central, elaborada en bronce y obra de Cesare Crosa di Vergagni, fue levantada en 1936 y concentra todas las miradas.
Una vez orientados nos dejamos embelesar por el estilo liberty genovés desarrollado a inicios del siglo XX y que muestran algunos de los edificios en torno a la plaza. Por ejemplo, el palazzo Ducale. El magnífico palazzo della Borsa, de estilo art nouveau, es, igualmente, otro de los emblemas de esta ciudad de Italia.
Tras este primer contacto visual con la capital de Liguria, llega el turno del gusto y el olfato. Nos proponemos catar su rica gastronomía y para ello nos acercamos hasta Il Genovese (ilgenovese.com), un coqueto restaurante situado a un paseo de solo 10 minutos. Solo hará falta echar un vistazo a la carta para entender que, en esta ciudad, las cosas del comer no son en absoluto banales. Ante la duda de por qué decantarse, un consejo: sus gnocchi al pesto genovés son una auténtica delicia, así como sus raviolis caseros. Y de postre, los típicos canestrelli.
Y para rematar el día, nada como tomar una copa en el bar La Tartana (via Aurora, 3), una pequeña bodega en la que respirar el ambiente genovés más auténtico. Después, directos al hotel. Una buena opción de alojamiento es el elegante Genova Porto Antico B&B (bbgenovaportoantico.it), situado en la piazza Banchi, en pleno casco histórico, que ocupa la quinta planta de un antiguo palacio noble del siglo XIV.
SÁBADO
Amanecemos temprano y hacemos acopio de nuestro desayuno sin salir del hotel. Con el estómago saciado, nos lanzamos a la calle para andar y desandar las entrañas de esta ciudad que, en tan solo unas horas, ya ha logrado encandilarnos. ¡Y estamos de suerte! Nos encontramos en el corazón de la Génova medieval, a la que se accede por la famosa porta dei Vacca.
Y sí, llega el momento de perdernos por los famosos caruggi, ese laberinto de callejuelas que encierran la esencia del pasado entre estrechos pasadizos y antiguos edificios de colores. Las persianas de estilo genovés captan nuestra atención mientras que, sin poder evitarlo, la mirada se nos irá hacia arriba: la ropa tendida de los balcones compone esa estampa que tan asociada tenemos a las ciudades italianas más auténticas.
Aunque la mayoría de las calles guardan edificios residenciales, será inevitable toparnos con algún que otro negocio que parece anclado en el pasado. Hacer parada en la antigua Barberia Giacalone (fondoambiente.it/the-old-giacalone-barber-shop-eng). En el 14 de Vico Cappretari, sus espejos, su vidriera coloreada y sus refinadas paredes decoradas en estilo art decó evocan el encanto de esta zona de la ciudad. Tampoco estará de más pasarnos por Vico dei Castagna y visitar una de las históricas chocolaterías genovesas: Romeo Viganotti (romeoviganotti.com). Abierta en 1866, es todo un icono de toda la región de Liguria.
Alcanzamos la catedral de Génova, conocida como la de San Lorenzo, y admiramos su fachada a rayas blancas y negras. Se trata de un edificio imponente y fascinante, cuya existencia se debe a un golpe de suerte: la mala calidad de una bomba lanzada por el ejército británico durante la II Guerra Mundial hizo que esta no explotara y que esta gran obra de arte haya llegado hasta nuestros días.
Muy cerca, a tan solo tres minutos, se alza la chiesa del Gesù, una hermosa construcción elevada sobre los cimientos de una iglesia medieval que bien merece una visita, aunque sea tan solo por contemplar dos obras del gran Rubens: Circuncisión, sobre el altar mayor, y Milagros de San Ignacio, en una capilla lateral.
A estas alturas el hambre habrá vuelto a hacer acto de presencia, así que hacemos parada para tomar el aperitivo, algo sagrado en Génova. Y lo hacemos en Rosetta (peoplesncgenova.com), una pequeña trattoria vegetariana en la piazza delle Erbe en la que tomar el gotto, vino blanco típico de la región de Liguria, acompañado de un trozo de focaccia, otro de los alimentos esenciales de la gastronomía genovesa.
Para rematar el almuerzo, Glo Glo Bistrot (piazza Lavagna, 19) es un coqueto negocio en el que continuar descubriendo los placeres del comer. Para el postre, el mejor helado de toda la ciudad: el de la Gelateria Profumo.
Llegada la tarde nos dedicaremos a pasear por la via Garibaldi, que bordea el extremo norte de lo que en el pasado fueron los límites de la ciudad. Conocida antiguamente como Strada Nuova, fue planificada por Galeazzo Alessi en el siglo XVI y en ella se levantaron en el pasado la mayor parte de los majestuosos palacios.
Hoy muchos de aquellos 42 palacios han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y acogen museos. Es el caso del palazzo Rosso (del siglo XVII), el Bianco y el Doria-Tursi (los dos del XVI), que componen el Musei di Strada Nuova: entre los tres suman la mejor colección de obras clásicas, entre las cuales se encuentran ejemplos de artistas como Caravaggio o Van Dick.
Para los amantes de las compras, la via XX de Settembre será parada obligada, así como la via Roma, donde las tiendas de estilo art nouveau harán las delicias de más de uno. Por otro lado, en la acristalada Galleria Mazzini, se hallan las boutiques más exclusivas de la ciudad.
Y de esta manera alcanzamos la piazza Dante, el lugar donde se alza la considerada como casa natal de Cristóbal Colón. Sobre esto existe cierta discrepancia, porque hay quienes aseguran que Colón era de Calvi, ubicada en la cercana isla de Córcega. Los genoveses, sin embargo, afirman rotundamente que esta es la casa donde nació el gran descubridor.
Para la cena, otro clásico genovés. En The Cook (thecookrestaurant.com) será el chef Ivano Ricchebono el que nos permitirá darnos el mejor homenaje gastronómico del viaje. Premiado con una Estrella Michelin, el restaurante se encuentra ubicado en un bello edificio del siglo XIV cuyas paredes y techos interiores están decorados con frescos. Platos gourmet refinados basados en las recetas más tradicionales será lo que encontraremos en sus propuestas.
DOMINGO
El último medio día que nos queda lo dedicaremos a disfrutar de una de las zonas más emblemáticas y al tiempo novedosas de Génova: su puerto. Desde el importante lavado de cara que se le dio en 1992 con la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América por Colón, los paseos por él se han convertido en una zona básica tanto para genoveses como para foráneos. Y es que el puerto está completamente ligado a la historia de Génova desde que fue fundada en el siglo IV a.C..
Hoy día dos de sus mayores reclamos son las obras realizadas por el arquitecto italiano Renzo Piano: Biosfera, una inmensa bola de cristal que hace las veces de invernadero y acoge plantas tropicales, mariposas y pájaros; y el ascensor panorámico Il Bigo, que eleva hasta 200 metros una cabina de observación.
Para rematar nuestra visita a la capital de Liguria, nos acercamos hasta el famoso Acquario de Génova, cuya estructura sobresale por encima del mar. Con más de 15.000 criaturas marítimas y 400 especies distintas, se trata de la mayor exposición de biodiversidad acuática de toda Europa. Junto a él se levanta el palazzo San Giorgio, construido en 1260 y transformado en prisión en 1298. Según se dice, en él estuvo encerrado Marco Polo, quien escribiría El libro de las maravillas durante su cautiverio.
Un punto y final más que merecido a un fin de semana repleto de atractivos planes. Porque así es Génova: una auténtica caja de sorpresas.
DATOS PRÁCTICOS
CÓMO IR
Volotea ofrece vuelos directos a Génova desde Madrid, Málaga, Mallorca, Ibiza y Menorca.
DÓNDE DORMIR
Además de Genova Porto Antico B&B, otra opción para hospedarse en Génova es el NH Collection Genova Marina (nh-collection.com), un elegante hotel de estilo contemporáneo diseñado por el arquitecto Renzo Piano y situado en pleno puerto antiguo de la ciudad. A solo 10 minutos a pie del casco histórico genovés, cuenta con 140 habitaciones y un acogedor restaurante en el que probar exquisitos platos de la gastronomía Liguria.
DÓNDE COMER
La Cantina Clandestina (lacantinaclandestina.it), una osteria ubicada muy cerca del Palazzo Ducale, es una estupenda opción si lo que se busca es un lugar coqueto y acogedor en el que degustar la cocina genovesa más auténtica. El producto es fresco y de calidad, y su carta ofrece además opciones vegetarianas, veganas, para celíacos e intolerantes a la lactosa. El servicio, por si esto fuera poco, es de 10.