Conciliar el sueño puede convertirse en un auténtico suplicio cuando las altas temperaturas del verano hacen su aparición. Según los expertos, la temperatura media para conseguir un sueño reparador se sitúa entre los 18º y los 22º C, una condición que se incumple sistemáticamente cuando nos vemos inmersos en las sucesivas olas de calor, tan frecuentes en esta época del año.
Y las consecuencias, cuando no se descansa lo suficiente, no se hacen esperar: irritabilidad, falta de concentración, sensación de cansancio permanente, ansiedad… un cuadro clínico asociado al insomnio que se hace todavía más preocupante porque, durante el verano, no solo influyen las altas temperaturas, sino también los cambios de hábitos de vida que se producen en los periodos vacacionales. Y es que, en general, durante las vacaciones se come y se bebe más y también se disfruta, también es verdad, de siestas demasiado largas y a las horas más insospechadas.
Para Meritxell Martí, colaboradora de hola.com y autora del libro recientemente publicado Vivir Sano, sentirse bien, “si no se duerme lo suficiente, el cansancio se acumula, tanto si no se descansan las horas necesarias como si la persona se despierta varias veces durante la noche o el sueño no es profundo”. Por esta razón, y consciente de que conseguir un sueño reparador es fundamental para nuestra salud, nuestra experta te da siete recomendaciones que te ayudarán a dormir bien durante el verano, ¡toma nota!
- Sigue una rutina diaria: Hay que procurar irse a la cama a la misma hora. Si establecemos unos horarios, el cuerpo se acostumbrará y resultará más fácil conciliar el sueño. Durante el verano, y muy especialmente en vacaciones, cuando los horarios sufren alteraciones, es conveniente ir, paulatinamente, adelantando la hora de acostarse, pero también la de levantarse.
- Métete en la cama y deja los problemas fuera: Irse a dormir con la mente llena de preocupaciones provoca que el organismo permanezca en alerta y, como consecuencia, resultará más difícil relajarse. Hacer ejercicios de respiración, visualizar ambientes agradables o relajar la muscuatura realizando estiramientos son algunos trucos que pueden ayudar a conciliar el sueño.
- No consumir bebidas excitantes: Es muy recomendable que al menos cuatro horas antes de irse a dormir no tomar ni té, ni café ni colas, todos ellos productos ricos en teína o cafeína, componentes altamente estimulantes, justo el efecto contrario a lo que queremos conseguir cuando vamos a dormir: relajarnos.
- Hacer cenas ligeras: Lo ideal es cenar dos horas antes de irse a la cama y, por supuesto, no quedarse con una sensación de hambre. Entre los alimentos más aconsejables para conseguir dormir bien se encuentran los alimentos ricos en vitamina B, como el pescado, los huevos o la leche; también ayudan a conciliar el sueño la avena, las cerezas o la lechuga cocida.
- ¡Ojo! con la cantidad de líquidos que se ingieren: Si se bebe mucho líquido, lo más normal es acabar levantándose en mitad de la noche para ir al baño, lo que interrupirá el ritmo del sueño.
- Olvídate del móvil, de la tableta o de la televisión: La cama es para descansar. Si bien es verdad que hay personas para quienes leer les ayuda a ‘coger el sueño’, esta actividad es preferible hacerla sentado en una butaca o en el sofá porque de esta manera acostumbraremos a nuestro organismo a identificar el hecho de meterse en la cama con el momento de dormir.
- Si el calor supone un gran problema, crea un ambiente fresco: Y la manera de conseguirlo es evitar que el calor se concentre en la habitación. Procura mantener aireada la habitación para conseguir un ambiente agradable y nada sofocante.