Superados los rumores de crisis en su matrimonio y una operación para solucionar un prolapso cervical que podía derivar en una hernia de disco, la princesa Mette-Marit se reincorpora poco a poco a la vida oficial. Los Herederos de Noruega acudieron el pasado lunes a la ceremonia del premio Ejemplo del año en el Centro del Nobel de la Paz en Oslo y llegaron a la sede sonrientes y de la mano.
La ministra de Integración e Inclusión, Solveig Horne, fue la encargada de entregar el galardón a Musa Anderssen, un inmigrante de origen keniano que ejerce de subdirector del centro de acogida de refugiados en Bardu, al norte de Noruega, además de trabajar como voluntario en un centro infantil y juvenil. El premio, que cada año entrega el ministerio de Integración, distingue a personas de origen inmigrante que hacen una labor especial por los niños y jóvenes y está dotado con 50.000 coronas noruegas (6.000 euros).
El miércoles, después de celebrar la fiesta de cumpleaños de la princesa Ingrid Alexandra, viajaron a Suiza para participar en el Foro Económico Mundial que se celebra cada año en Davos. Los gestos de cariño entre los príncipes Haakon y Mette-Marit fueron constantes durante su presencia en Suiza. La cita es ineludible para los Herederos noruegos, así como para muchos otros miembros de la realeza, entre ellos los nuevos Reyes de Bélgica y la princesa Mabel, que vuelve a la vida pública en una nueva edición de este foro.
Después, en lo que queda de mes, la princesa Mette-Marit asistirá a dos actos oficiales más: el día 29, el lanzamiento de una revista en la Casa de la Cultura de Oslo y, el día 30, un almuerzo en el Palacio Real con los reyes y los magistrados del Supremo. La agenda oficial de la Princesa se va llenando.
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