En los últimos días hemos visto al soberano monegasco acudiendo en solitario a más de un evento, como es el caso de la gala de entrega de los premios a los mejores atletas del año o el concierto del cantante Jean Roch. Ahora, Charlene y Alberto han reaparecido con motivo del centenario de la Parroquia San Martín de Mónaco, y tanto su figura como el estilismo elegido por la princesa han hecho saltar todas las alarmas
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La primera dama, que suele decantarse por diseños mucho más ajustados, eligió para la ocasión un sencillo y amplio vestido de color tabaco que combinó con una original chaqueta negra que llevaba un corte justo a la altura de la cintura
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Fueron muchos los monegascos que quisieron acercarse a los alrededores de la parroquia para ver no sólo a Alberto y Charlene, sino también a la princesa Carolina, que acudió acompañada de su hija Alejandra, quien sin duda ha heredado de su madre el gusto a la hora de vestir y lució un abrigo abotonado y un gorrito negro, un 'look' perfecto para esta época del año
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Los cuatro fueron recibidos entre aplausos y vítores, pero fue la primera dama la que se mostró más cercana con la gente, sobre todo con un niño que la 'conquistó' desde el primer momento y por ello no dudó en acercarse a él para hacerle una tierna caricia. ¿Se le habrá despertado el instinto maternal?