Florecen los actos oficiales de Carolina de Mónaco un mes y medio después del nacimiento de su primer nieto, Sacha, y de su estelar reaparición en el Baile de la Rosa a los pocos días de convertirse en abuela, y florecen sobre todo las miradas de felicidad de la Princesa en sus nuevas apariciones junto al príncipe Alberto: el Festival Internacional de las flores en Fontvieille y el concierto Violines de la Esperanza en el Foro Grimaldi.
La princesa Carolina ha presidido un año más la exposición de la 46º edición del Concurso Internacional de bouquets de flores en esta gala anual de la Primavera de las Artes de Mónaco. Exultante, feliz y modernísima, llegó al inmenso pabellón de exposiciones y mostró sus dotes de abuela recién adquiridas con un cariñoso saludo a la pequeña que fue a recibirla con el tradicional ramo de flores. Durante su visita, puso especial interés en los espacios dedicados a las nuevas composiciones florales que son cada vez más sofisticadas y creativas.
Una vez más volvió a maravillarse con los arreglos florales -algunos de ellos verdaderas obras de arte- expuestos en este templo de la belleza, donde no es hazaña imposible encontrarse con el corazón de la naturaleza. Y una vez más, como en su día hiciera su madre, contribuyó a dar una mayor dimensión social y cultural del Principado y a apoyar el trabajo de los cientos de participantes que anualmente intervienen en este certamen desde que fuera fundado en 1968 por la princesa Grace –al igual que el Baile de la Rosa, Amade, el Ballet Clásico de Montecarlo- y desde que a su muerte tomara el relevo la princesa Carolina, que año tras año le rinde honores desplegando su misma elegancia. En esta nueva edición, con un look total white que combinó con bolso de mano beis y sandalias de serpiente.
De día, de blanco; de noche, de negro, y siempre radiante. Como anfitriona especial junto a su hermano, el príncipe Alberto, en ausencia de la princesa Charlene, que viajó la semana pasada a Sudáfrica para cumplir con un acto de su Fundación y acudir a la boda de un amigo cercano, la princesa Carolina asistió ayer en el Foro Grimaldi al concierto Violines de esperanza. Un espectáculo que reunía a los violines salvados de los campos de concentración para recordar a sus dueños víctimas del Holocausto. La princesa Carolina, siempre a la cabeza de las últimas tendencias de moda, volvió a hacer gala una vez más de su estilo y elegancia luciendo para la ocasión un look total black con chaqueta de tweed de Chanel, que resaltaba su natural belleza y dejaba patente que el brillo de la felicidad ha vuelto a instalarse en la mirada de la Princesa.