El año pasado, la Navidad llegó a Mónaco de la mano de los príncipes Alberto y Charlene. Sin embargo, este año han sido la princesa Carolina y su primogénito los encargados de dar la bienvenida a la época más mágica del año. Con una sonrisa que delata el gran momento personal que está viviendo, Carolina recorrió las calles del Principado escoltada por un pletórico Andrea Casiraghi. Madre e hijo inauguraron el precioso mercadillo navideño del Puerto de Hércules. El tradicional árbol de Navidad, un tiovivo de colores, una noria de luces destellantes... Carolina y Andrea regresaron a su infancia por unos instantes y recibieron el cariño de todos los que se encontraron a su paso.
Además, se convirtieron en espectadores de excepción de la representación de un baile tradicional en el que los verdaderos protagonistas fueron los niños, que bailaron al ritmo de una animada música con la que consiguieron entrar en calor a pesar de las bajas temperaturas. Tras conseguir el aplauso de Carolina y Andrea, los pequeños, emocionados y algo tímidos, se acercaron a la princesa y le obsequiaron con un bonito ramo de rosas con los colores del Principado, el blanco y el rojo.
Sin duda, estas serán unas Navidades muy especiales para la Familia Real monegasca, tras conocer que en los próximos meses vendrá al mundo el primer hijo de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo. El embarazo de la prometida del primogénito de Carolina de Mónaco, se confirmó el pasado mes de noviembre durante su estancia en Madrid. El bebé llegará antes que la boda. Del enlace, que se celebrará en 2013, aún no se sabe nada, ni lugar, ni fecha, ni lista de invitados… Hay tantas ganas de asistir a una nueva boda Grimaldi como de ver a Carolina de Mónaco corretear por la escalinata de palacio tras los nietos. La felicidad se ha instalado en el Principado y en el rostro de la siempre bella Carolina.