La asistencia de la familia Grimaldi al Festival Internacional del Circo de Montecarlo es una tradición que se repite cada año con la misma emoción del primer día. Y es que por unos días todo Mónaco se contagia de la magia y la diversión que traen los trapecistas, malabaristas y domadores de este maravilloso espectáculo que llena de colorido y alegría las calles del Principado. Si hace unos días veíamos al príncipe Alberto acompañado por la princesa Estefanía de Mónaco, y la mayor de sus hijas, Paulina, acudiendo a la la ceremonia inaugural de la 35º edición del festival, en esta ocasión ha sido el hijo menor de la princesa Carolina, Pierre Casiraghi, y su novia, Beatrice Borromeo, los que nos han regalado estas románticas instantáneas.
La pareja, que lleva saliendo más de dos años, decidió esconderse de la multitud y disfrutar del espectáculo circense desde uno de los balcones del Palacio de Mónaco. De hecho, aunque sabían que estaban expuestos a las miradas y fotografías de todos los ciudadanos, no dudaron en dar rienda suelta a su amor y no dejaron de dedicarse miradas cómplices, besos y abrazos. Como buena seguidora de las tendencias, Beatrice lució un abrigo de pelo color maquillaje con originales bordados que combinó con un jersey de punto de cuello alto. Por su parte, Pierre tampoco perdió un ápice del estilo que le caracteriza y arriesgó con un look más colorido en el que no faltó la siempre elegante americana y una bufanda para resguardarse del frío.
Durante todo el espectáculo, Pierre y Beatrice comentaron las impresionantes acrobacias con las que el circo se metió al público en el bolsillo y el hijo de la princesa Carolina no dudó en inmortalizar algunas de ellas con su teléfono móvil, bajo la atenta mirada de su novia que no quiso perderse ni un sólo detalle del espectáculo.