Cumplió a la perfección con su papel de embajador de los Juegos Olímpicos de Londres, donde incluso llegó a representar a su abuela, la reina Isabel II, en la espectacular ceremonia de clausura, y después, el príncipe Harry viajó a Las Vegas con un grupo de amigos para disfrutar de unos días de vacaciones, pero su estancia en la ciudad del juego no ha pasado desapercibida.
Parecía que Harry había dejado atrás su fama de amante de las fiestas, pero en estos días, con las imágenes de sus juergas en una piscina en Las Vegas, esa fama vuelve con más fuerza. Pero sobre todo después de que se hayan publicado en una página web estadounidense dos comprometidas fotografías, tomadas con un teléfono móvil, en la que aparece desnudo, durante una fiesta en una de las suites del hotel.
En medio de la tormenta causada por estas imágenes, y después de que hayan corrido como la pólvora por Internet, el príncipe Harry ha regresado a Inglaterra. Él y sus amigos viajaron hasta Los Ángeles, donde cogieron después el avión de regreso a casa. Según algunos diarios ingleses, después de aterrizar en Londres, el hijo pequeño del príncipe Carlos puso rumbo a Escocia, donde se encuentran la Reina y el Duque de Edimburgo, para hablar con ellos en persona.
Los abogados del Príncipe de Gales ya han advertido que la publicación de estas fotografías supone una intrusión en la privacidad del príncipe y que se tomarán acciones legales contra los medios que las hayan sacado.
En los últimos años, el papel de Harry de Inglaterra dentro de la Casa Real ha ido aumentando y al igual su popularidad entre los ciudadanos. Carismático y trabajador, ha seguido con éxito los pasos de su hermano mayor, el príncipe Guillermo. Sus responsabilidades han sido cada vez mayores y todo el mundo se ha mostrado muy contento con sus resultados. Su graduación como piloto del ejército, sus primeros viajes oficiales al extranjero en representación de la Reina, a Bahamas y Brasil, y su impecable trabajo como embajador de Londres 2012 al aldo de los Duques de Cambridge, han servido para demostrar que encaja a la perfección con su papel de príncipe.