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Carlos de Inglaterra y su esposa han puesto ya rumbo a Gran Bretaña después de más de una semana de visita oficial en tierras canadienses. Durante este viaje ambos han protagonizado instantáneas para el recuerdo: emotivas, tiernas, simpáticas o espontáneas. El príncipe Carlos lució uno de sus atuendos preferidos: el típico kilt escocés, una falda reservada exclusivamente a los varones y que en la actualidad sólo se utiliza en las grandes ocasiones como en la Ceremonia del Regimiento del Reloj Negro que tuvo lugar en Quebec.
La agenda del Heredero al trono inglés y su esposa estuvo repleta de actos, sobre todo en la última parte de su viaje. Ambos acudieron, junto a la Gobernadora General de Canadá, Michaelle Jean, a homenajear, en el Día del Recuerdo, a los compatriotas caídos en la guerra. El príncipe Carlos hizo la correspondiente ofrenda floral,ante la atenta mirada de su esposa. Esa misma noche cenaron con la Gobernadora y con su esposo, Jean-Daniel Lafond en el Rideau Hall, en Ottawa.
A lo largo de estos días, la real pareja ha tenido la oportunidad de conocer a muchas personas y de la más variada índole. Aunque, sin duda, uno de los encuentros más inolvidables se produjo en el centro de entrenamiento del Circo del Sol en Montreal . El Príncipe y la Duquesa de Cornualles se quedaron impresionados por las habilidades de los acróbatas, bailarines, saltimbanquis y demás artistas que forman parte de este espectáculo admirado y reconocido a escala internacional.