La cena de Estado que los reyes de los Países Bajos han ofrecido a don Felipe y doña Letizia en el Palacio Real de Amsterdam ha comenzado con los tradicionales discursos de ambos jefes de Estado. El del anfitrión, el rey Guillermo, ha llamado expresamente la atención al revelar una importantísimo dato sobre la vida de su hija la princesa Amalia: ha confirmado que su hija mayor vivió en España el año pasado durante un periodo de tiempo y desde allí, pudo continuar sus estudios en la Universidad de Amsterdam. "Todo ello fue posible gracias a la afectuosa dedicación de un gran número de sus conciudadanos y de Sus Majestades. Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a Sus Majestades, y a todos los que colaboraron en ese esfuerzo", ha expresado el Monarca. Cabe recordar que la princesa se vio obligada a abandonar su vida universitaria en la capital holandesa por una seria amenaza contra su seguridad y en un principio, tal y como confirmaron los Reyes, volvió a vivir con ellos en el Palacio de Huis ten Bosch de La Haya. A continuación, reproducimos íntegramente las palabras del monarca:
Sus Majestades:
¡Bienvenidos! Tanto la reina como yo estamos especialmente felices de tenerles como invitados. Nos conocemos desde hace tanto tiempo. Nuestros vínculos personales son estrechos y nos vemos regularmente. Lo único que faltaba hasta ahora era una visita de Estado. Hoy y mañana vamos a llenar ese vacío. España ocupa un lugar especial en nuestro corazón. En primer lugar porque comenzamos a compartir nuestra vida juntos en su país. El flechazo surgió en la Feria de Abril de Sevilla, hace 25 años.
El resto es historia…
Una visita a España es siempre como un cálido abrazo. Un sentimiento que comparte con nosotros nuestra hija mayor, la princesa de Orange. El año pasado, las circunstancias hicieron que residiera en Madrid. Desde allí pudo continuar sus estudios en la Universidad de Ámsterdam. Todo ello fue posible gracias a la afectuosa dedicación de un gran número de sus conciudadanos y de Sus Majestades. Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a Sus Majestades, y a todos los que colaboraron en ese esfuerzo. España y los Países Bajos son ramas del mismo árbol europeo. Las historias de nuestros dos países están entrelazadas desde hace siglos. Para comprobarlo, solo hace falta escuchar la primera estrofa del que es nuestro himno nacional desde hace 450 años. El rey de España ocupa un lugar prominente. No voy a extenderme aquí sobre el contexto histórico de esas referencias… Dejémoslo en que bien está lo que bien acaba.
Siempre han existido intercambios e influencias culturales mutuas. Y coincidimos frecuentemente en la veneración de los mismos maestros. Por ejemplo, El Bosco, en el Museo del Prado. “Un compatriota”, puede pensar algún español. ¡Pero Jerónimo Bosch era neerlandés de pura cepa! Naturalmente, nos encanta compartirlo con ustedes. Otro maestro que ambos admiramos es Johan Cruyff. El hombre del que dicen que enseñó a jugar al Fútbol Total a los españoles… Déjenme añadir que quizá demasiado bien. Han sido arquitectos españoles los que han reformado nuestro Rijksmuseum. Y viceversa: los arquitectos neerlandeses han tenido éxito en España.
Su país es inmensamente popular entre los turistas neerlandeses. Y viceversa: cada vez se escucha hablar más español en nuestras calles. Personalmente, me gusta mantener estos contactos tan estrechos. Reflejan la sólida relación entre nuestros países, como socios en Europa y en el mundo. Por suerte, hemos dejado atrás el tiempo de los estereotipos. Ha ocupado su lugar una conciencia profunda de solidaridad. Somos aliados, impulsados por los mismos ideales, valores y convicciones.
Abogamos por la libertad, la democracia y los derechos humanos, y estamos dispuestos a defenderlos. Creemos en la Unión Europea como un faro que guía la cooperación pacífica. No solo porque portamos amargas experiencias del pasado. También porque necesitamos una Unión fuerte y resiliente para la seguridad, la prosperidad y el bienestar de todos los ciudadanos europeos en el futuro. Con el paso del tiempo, cada vez nos comprendemos mejor, como socios europeos. Actualmente existe una conexión especial entre España y los Países Bajos. Juntos demostramos que el sur y el norte se complementan perfectamente.
Su Majestad, posiblemente está pensando, al igual que yo, en nuestro encuentro en junio del pasado año, en España. Entonces hablamos detenidamente sobre las posibilidades del hidrógeno verde en cuanto al cambio a un sistema europeo de energía sostenible. Nuestros países trabajan juntos en un corredor verde. En un futuro próximo, el sol español calentará también el frío norte y ayudará a nuestra industria a ser más verde. Conozco su enorme apuesta personal por el progreso sostenible. No solo en el campo de la energía, sino en todos los aspectos: clima, agua, agricultura y producción circular. Nuestros científicos y empresarios trabajan juntos en innovaciones que posibilitan ese progreso. España y los Países Bajos toman frecuentemente la iniciativa. Y ponemos en la balanza nuestro peso, como cuarta y quinta economías de la Unión Europea. ¡Aprovechemos al máximo esa influencia!
Y lo mismo puede decirse de nuestra seguridad. Estoy orgulloso de la cooperación creciente entre la policía y la justicia de nuestros dos países. Está demostrando su valor añadido en la lucha contra el crimen organizado. Somos plenamente conscientes de la dificultad que entrañan los retos, también dentro de nuestras propias fronteras. En sociedades como las nuestras, con tal diversidad de personas, grupos e intereses, no siempre es fácil seguir confiando en el otro y continuar apoyándonos mutuamente y con firmeza. Pero eso es exactamente lo que se necesita. El coraje para escucharnos y seguir buscando elementos de unión. Nuestra fuerza no radica en el aislamiento, sino en nuestra capacidad de tender puentes.
Exactamente como han demostrado España y los Países Bajos.
Nuestra amistad con Sus Majestades y con todo el pueblo español significa mucho para nosotros. Déjenme decirles desde el fondo de mi corazón: Gracias.
¡Viva España!
Por favor, alcen sus copas conmigo.
Sus Majestades, a su salud.
Y por nuestra amistad.