Redescubriendo a la Reina Letizia en su 50 cumpleaños: su bisabuelo filipino
Fue la primera soberana sin sangre real que ocupó el trono español, y en estas líneas descubrimos que tiene ascendencia filipina
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El próximo jueves, 15 de septiembre, Letizia cumple cincuenta años y comienza una nueva década, con orgullo y más comprometida que nunca con su papel como soberana. Por este motivo, para celebrar su cincuenta cumpleaños, en ¡HOLA! publicó recopilamos algunos de los momentos más importantes de su vida, desde los inicios de su historia de amor hasta nuestros días. Un retrato íntimo en el que revelamos las cincuenta curiosidades y anécdotas más desconocidas de Doña Letizia.
Y es que doña Letizia es una caja de sorpresas, un misterio, una incógnita. Una de las peculiaridades que la convierten en una Reina sin igual guarda relación con sus orígenes. Resulta que el padre de su abuela materna, Enriqueta, era filipino. Cuando se casó con su madre, que era asturiana, se fueron a vivir a Oviedo, y allí es donde nació Enriqueta. Sus abuelos maternos, Enriqueta y Francisco, se casaron en 1950, en Madrid, en la iglesia de San Miguel Chamartín de la Rosa. Su abuela materna, al igual que ella, encontró la felicidad en un segundo matrimonio, puesto que ella fue viuda de un gijonés que murió de tuberculosis cuando era muy joven, con solo veinte años. Fue una gran madre y abuela, y un gran ejemplo a seguir para Letizia, quien ha heredado su amor y su compromiso con la familia.
Los años pasan, la elegancia permanece. Con esta frase podemos referirnos a nuestra Reina, la mujer que hace veinte años conquistó el corazón del Rey Felipe VI, y, poco a poco, el de todos los españoles. Por aquel entonces, Letizia era una joven que amaba el mundo de la comunicación y soñaba con convertirse en un referente del periodismo. Aún no sabía lo que el futuro tenía preparado para ella. Tenía treinta años, ya había estado casada, pero aquel matrimonio no funcionó. Entonces, conoció a Felipe en una cena, charlaron y rieron durante toda la velada y, desde ese momento, se enamoraron. Como si fuera una historia sacada de Hollywood, a los dos años de conocerse se prometieron, y Letizia se convirtió así en Reina, y la primera soberana de la monarquía española que no tiene sangre real.
Desde entonces, Felipe y Letizia siguen tan de enamorados como el primer día. Con una personalidad arrolladora, comprometida con distintas causas sociales y abanderando el movimiento feminista, Letizia se ha convertido en una Reina muy querida y respetada por todos, y, sobra decir, en un icono de estilo y elegancia para las españolas.
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