Bélgica ha reanudado ya sus clases. Muchos alumnos, incluida la princesa Éléonore de Bélgica, han regresado a las aulas. Pero antes de hacerlo, la hija pequeña de los reyes Felipe y Matilde, una de las 'miniroyals' más comprometidas durante esta crisis sanitaria del COVID-19, ha llevado a cabo una de sus últimas acciones solidarias y lo ha hecho junto a sus hermanos: Elisabeth, la heredera, Gabriel y Emmanuel. Los cuatro han estado más que implicados a lo largo de estas últimas semanas y han participado en más de una iniciativa benéfica, incluida la que anunciaba la Casa Real hace apenas unas horas.
El gesto en cuestión tenía mucho que ver con uno de los colectivos más golpeados en esta pandemia mundial, un grupo de riesgo vulnerable que ha sido especialmente castigado por el coronavirus, el que está formado por las personas mayores. Tanto Elisabeth -que tuvo que regresar a casa desde Gales, donde estudia, por la pandemia- como sus hermanos han mantenido varias conversaciones telefónicas en los últimos días con ancianos que permanecen confinados en residencias de las tres regiones de su país. Tal y como explican desde palacio, estos intercambios intergeneracionales, que ahora han protagonizado los cuatro para apoyar a las personas que más lo necesitan, se llevan realizando desde el comienzo de la crisis.
El pasado mes de abril, de hecho, fue Éléonore de Bélgica la que encabezó la iniciativa y sorprendió a los mayores del centro de atención residencial De Gulden Lelie, en Amberes. El teléfono sonó y al cogerlo nadie imaginaba que al otro lado de la línea quien se encontraba era la benjamina de los reyes Felipe y Matilde. La princesa quiso así que estas personas, que llevan tiempo sin poder recibir visitas, se sintieran más acompañados y a buen seguro que esta llamada suavizó y dulcificó el encierro y la soledad.
No ha sido, ni mucho menos, el único detalle que han tenido los cuatro hermanos a lo largo de las últimas semanas. Al principios del confinamiento colaboraron elaborando gofres caseros para varias residencias de ancianos. Y dos de ellos acompañaron a su madre a llevarles tartas artesanas y flores. Y es que desde el principio, Matilde de Bélgica se ha preocupado especialmente por este colectivo de riesgo y ha centrado muchos de sus esfuerzos en esta crisis en paliar esa soledad y esos momentos duros a los que los mayores han tenido que hacer frente.
La pequeña de la casa, además, participó hace solo unos días en un reparto de alimentos a las personas necesitadas. De nuevo fue con su madre, aunque en esta ocasión no acudieron a una residencia, sino a un comedor social ubicado en el centro de Bruselas. Éléonore de Bélgica, que el mes pasado cumplió 12 años, había elaborado un pastel que compartió con los allí presentes. Madre e hija colaboraron, ataviadas con mascarillas, en la distribución de comida para personas sin hogar.