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Raphael

Raphael siempre es aquél. Ese hombre que, en cuanto sale al escenario, deja atrás al tímido y tranquilo Rafael Martos. No importa los millones de discos vendidos en todo el planeta  ni los premios. Para él, el último concierto siempre es el primero


Actualizado 16 de julio de 2024 - 14:08 CEST
81 años
Jaén, España
Horóscopo : tauro

Raphael, cuyo verdadero nombre es Miguel Rafael Martos Sánchez nació en Linares, Jaén, 5 de mayo de 1943 y casi desde la cuna supo que quería ser mucho más que un cantante, quería ser artista, por eso uno de los primeros pasos que dio fue modificar su nombre y añadir un 'ph' a su nombre para así hacerlo más llamativo.  

'El Ruiseñor de Linares', 'el Niño de Linares' o 'el Divo de Linares

Creció en el seno de una familia humilde aunque nunca le faltó de nada. Hijo de Rafaela Sánchez, a quien le gustaba cantar en la intimidad de su casa, y el ferrallista Francisco Martos. La primera vez que se subió a un escenario tenía tan solo 3 años, fue en el patio de su colegio Los Escolapios, quienes  le dieron de comer, durante años, a cambio de contar con su voz en el coro. Y él, con su barriguita llena, cantaba y cantaba porque de alguna forma intuía que ése era el único camino que le llevaría lejos de la pobreza. Rebautizado como 'el Ruiseñor de Linares', 'el Niño de Linares' o 'el Divo de Linares' a los 9 años fue reconocido la mejor voz infantil de Europa en el Festival de Salzburgo (Austria) y el resto ya es historia.  

A principios de los años sesenta, llegó su primera gran oportunidad. Con el Festival de Benidorm, Raphael se metió en el bolsillo a todo el viejo continente. Incluso, a los críticos que dijeron que cada concierto suyo parecía el primero y el último de su vida. "Yo me debo al público, por ellos soy lo que soy ¿cómo no voy a morir en cada concierto que doy?". Después llegó el Festival de Eurovisión en 1966 y 1967 con las canciones Yo soy aquel y Hablemos del amor que le dieron el empujón y el arrojo necesario para plantearse conquistar el mundo.  

'Mi gran noche', 'Digan lo que digan' o 'El Tamborilero'

La pasión de Raphael ha sido reconocida desde Italia hasta Japón. En el país del Sol Naciente, por ejemplo, consiguió llegar al número uno de los éxitos japonés con su Escándalo. Pero esto no es nada. El cantante español lleva sobre su espalda decenas de giras mundiales, actuaciones en los teatros más importantes: Carnegie Hall, Paramount de Nueva York, Opera House de Sídney o el Olympia de París; y cientos de puestas en escena en los estadios de fútbol de las principales capitales del mundo... Con todo ello, Raphael puede decir que se ha hecho a sí mismo y que, como otros grandes maestros de la música, ha creado una escuela: el raphaelismo. Una doctrina que mueve a millones de mujeres y hombres en todo el mundo. 

Dueño de canciones o de temazos como, Mi gran noche, Digan lo que digan o El Tamborilero, melodía que suena cada Navidad en todas partes: las radios, las televisiones, los centros comerciales, las pistas de hielo… En todas partes menos en casa del artista, que convirtió este villancico en la canción navideña más popular de España e Iberoamérica. "Solo la canto en el escenario y en los discos", reconoce el propio Raphael entre risas. 

Raphael, que allanó el camino internacional a estrellas de la talla de Julio Iglesias o Camilo Sesto, es uno de los cuatro artistas españoles que posee un disco de uranio por sobrepasar los 50 millones de álbumes vendidos a escala mundial. 

¿Qué órgano le donaron a Raphael?

En el año 2000, protagonizó la versión en español del musical Jekyll & Hyde durante siete meses y fue justo ese año cuando su salud le jugó una mala pasada y su vida dependía, únicamente, de un trasplante de hígado debido a la gravedad de su cirrosis hepática generada por el abuso del alcohol.  El cantante tras someterse a las pruebas pertinentes entró en lista de espera y  el 1 de abril de 2003 pasó por quirófano para recibir su nuevo órgano. 

"En ese momento, mi vida se iba, además, por una memez absurda que fui aumentando sin darme cuenta y todo por dormir, por descansar... Y se formó una pelota que pudo costarme la vida" declararía el artista años después. "No bebía por el hecho de beber. Yo quería dormir", aclaró y recordó que aquella pesadilla “empezó en los aviones y, después, en los hoteles, cuando pusieron los minibares". "Y me bebía una, luego dos... y dormía como un lirón toda la noche y al otro día podía cantar como los ángeles, bien descansado, pero, claro, me estaba pudriendo un órgano vital", reconoció. 

Tras esto, Raphael celebra su recuperación con la gira 'De vuelta Tour' que finaliza en 2004 y en la que demuestras porque no le gusta hablar del pasado, pues, según él, aún tiene mucho futuro. En 2013 inicua su gira internacional 'Mi Gran Noche Tour' entre 2013-2014, la que casi enlaza en 2015 con  su gira mundial de 'Raphael Sinphonico World Tour'

En 2018, lanzó RESinphónico, un álbum que incluye una recopilación de sus canciones más míticas y que acompañó con una gira que le lleva a las principales capitales de Europa y a Latinoamérica. En 2021 el cantante , presentó Raphaelismo, su serie documental que ahonda en los éxitos, secretos, miedos y sueños del artista, con material audiovisual inédito.  

Y es que aunque su 'hábitat' más conocido son los escenarios, Raphael también se devuelve con soltura delante de las cámaras y en su currículum figuran alrededor de docena de películas así como alguna obra de teatro pues su rostro  permaneció en los años setenta durante varias temporadas en la fachada del Teatro Monumental de Madrid

Sin embargo, a pesar de los millones de discos que ha vendido, de los reconocimientos recibidos alrededor de todo el mundo y los innumerables premios que sigue recibiendo por su extraordinaria carrera, su verdadera gran obra es su familia.

¿Cuántas veces se ha casado Raphael?

El cantante jienense lleva más de medio siglo casado con Natalia Figueroa, el amor de su vida y la madre de sus tres hijos con la que contrajo matrimonio el 14 de julio de 1972 en Venecia.  

Los novios dispusieron que en su boda no hubiese cámaras ni paparazzi, para ello eligieron un enclave como la romántica Ciudad de los Canales y a sus invitados no les dijeron hasta el último momento el lugar donde se casarían, tan solo recibieron unos días antes un billete de avión en el que no aparecía el destino. Finalmente fue en la iglesia San Zacarias de Venecia, muy cercana a la popular plaza de San Marcos, donde el artista y la aristócrata hicieron realidad sus deseos de contraer matrimonio. 

La suya fue una bonita historia que comenzó en 1968 cuando se conocieron en una entrega de premios de Radio España en el Teatro de la Zarzuela. Él recogía un premio y ella se lo entregaba. Raphael ya entonces era un ídolo de la canción y Natalia una aristócrata y reconocida periodista, que trabajaba en prensa y televisión y había publicado ya varios libros. 

El comienzo de su noviazgo no fue fácil. Él provenía de una familia muy humilde, su padre era albañil, mientras que ella era una dama de la alta sociedad vasca, nieta del conde de Romanones e hija del marqués de Santo Floro. El tiempo vino a demostrar que esto no fue un impedimento para que su historia de amor prosperase y cuatro años después de su primera cita y con la aprobación del marqués Agustín Figueroa, padre de Natalia, contrajeron matrimonio. 

¿Quiénes son los hijos de Raphael?

En 1973 dieron la bienvenida a su primer hijo, Jacobo, quiene estuvo casado con la popular actriz Toni Acosta. Un año después nació la niña, Alejandra, quien es restauradora en el Museo Thyssen-Bornemisza y en 1978 dieron la bienvenida al benjamín de la familia, Manuel, quien estuvo casada con Amelia Bono, hija del expolítico José Bono

Cinco décadas después de su boda, siguen juntos y felices y son abuelos de ocho preciosos nietos y cuando les preguntan cuál es el secreto de su matrimonio, el artista lo tiene claro. "Lo primero de todo es quererse mucho. Lo segundo es soportarse, porque todos tenemos un humor diferente y decirse los buenos días con mucho cariño, entonces el día comienza bien. Y si pasa algo entre medias pues cuando llega la noche, se da las buenas noches con mucho cariño. Entonces, así se lleva uno bien", confesaba Raphael. 

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