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El empresario del lujo Bernard Arnault© GettyImages

Bernard Arnault

Siempre fue el primero de la clase y el primero en todo. Su olfato para los negocios es indescriptible y su gusto por el lujo inabarcable. Dueño del gigante LVMH, siglas de Louis Vuitton Moët Hennessy, ha sabido aprovechar las oportunidades de la vida hasta convertirse en el hombre más rico de Francia con un patrimonio estimado en 164.000 millones de euros


Actualizado 23 de enero de 2024 - 16:25 CET
Roubaix, Francia
Página Oficial: https://www.lvmh.com/

Este "empresario del lujo", como es definido por algunos, se considera una persona discreta, tranquila y un gran amante del arte. Y es precisamente su fascinación por la creación artística y por la búsqueda de la perfección lo que le impulsó a introducirse en el mercado de los productos de lujo.

Una mente privilegiada para los negocios

Hijo de un exitoso empresario de la construcción, Arnault estudió en la Escuela Politécnica en París y más tarde en la Escuela nacional superior de minas de la capital francesa. Inicialmente, trabajó en el negocio inmobiliario a través de la empresa familiar Ferret-Savinel. Pero con una mente privilegiada para los negocios en 1985 decidió cambiar de negocio y adquirió la empresa de lujo Boussac, que poseía marcas como Christian Dior y Le Bon Marché.

LVMH: su gran reto

Sin embargo, su gran reto llegaría en 1989 cuando decidió fusionó las empresas de moda y artículos de lujo Moët Hennessy y Louis Vuitton para crear LVMH, un conglomerado que abarca una amplia gama de marcas de lujo, incluyendo Louis Vuitton, Dior, Givenchy, Moët & Chandon, Hennessy, y muchas más.

Para Bernard Arnault el éxito material tiene una importancia relativa, lo que verdaderamente le ha apasionado desde que se inició en el mundo de los negocios es dirigir empresas para colocarlas a la cabeza del mercado. Y en este terreno ha demostrado con creces sus grandes logros. Si a esto añadimos la sinceridad, el rigor y la rectitud como principios básicos de su manera de actuar, estamos, sin duda, ante una singular persona dentro del complicado mundo empresarial.

Aunque presidir el grupo LVMH es una tarea absorbente, que le obliga a viajar y a asistir a infinidad de actos junto a personalidades de ámbitos tan dispares como la política, los negocios, la banca o la cultura, Bernard Arnault siempre encuentra tiempo para estar con su familia o actuar como mecenas artístico. Además, siempre se ha mostrado como un celoso guardián de su intimidad, que ha defendido con una discreción a prueba de flashes.

Sin prisa por jubilarse

Este inquieto hombre de negocios que ha hecho del lujo su enseña personal y que ya ha pasado con creces los 70 se niega a renunciar a su cargo y a mediados de 2022 conseguía que el consejo aprobase un cambio de la normativa según la cual se permite que el límite de edad de quien esté al frente de la compañía ha pasado de 75 a 80 años. Por lo que su heredero, todo parece indicar que será su hijo Antoine, fruto de su primer matrimonio con Anne Dewavrin, tendrá que esperar.

Sus herederos

Antoine, quien comparte su vida con la modelo, Natalia Vodianova, junto a la que tiene cinco hijos, tiene en su padre a su mejor maestro y es, desde el 9 de diciembre de 2022, director ejecutivo de Dior SE. También trabajan junto a él el resto de sus hijos: Delphine (también hija de Dewavrin), que es directora y vicepresidenta ejecutiva de Louis Vuitton, así como Alexandre, Frederick y Jean, hijos de su actual esposa, Hélène Mercier-Arnault, todos con importantes responsabilidades en la empresa: Alexandre, como CEO de Rimowa y vicepresidente ejecutivo de Tiffany's; Frederick, como CEO de TAG Heuer; y Jean, como director de marketing y desarrollo para la relojería de Louis Vuitton.

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