Laleche materna es el alimento ideal para todo recién nacido. Así lo asegura la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) y todo experto, nutricionista, pediatra o médico al que le preguntes. Aseguran que es la forma más eficaz de garantizar la salud y la supervivencia de los niños. Según la propia OMS, además, los niños amamantados muestran un mejor desempeño en las pruebas de inteligencia, son menos propensos a sufrir enfermedades como la diabetes o la obesidad en la vida adulta y, en las madres, disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama o de ovario.
La razón está en que la leche materna es un alimento seguro, limpio y contiene un sinfín de anticuerpos que les protegen de muchas enfermedades propias de la infancia. Además, les suministra toda la energía que necesitan durante los primeros meses de vida (para lo que también es importante mantener la lactancia a demanda), cubriendo sus necesidades nutricionales. Por tanto, el secreto está en su composición.