El embarazo se asocia siempre a alegría y felicidad, mientras que los grandes altibajos emocionales se dan más en el posparto; sin embargo, “el viaje del embarazo es una montaña rusa emocional, con cambios de humor que pueden sorprender incluso a la futura mamá más tranquila”, como nos comenta la psicóloga perinatal Adhara Monzó Calero (@adhara_psicoperinatalonline). “Estos altibajos no solo son comunes, sino también comprensibles debido a las fluctuaciones hormonales, cambios físicos y la anticipación de la maternidad. Entender por qué se producen estos cambios es el primer paso para abordarlos con compasión y cuidado”.

¿Por qué se producen cambios emocionales durante el embarazo?

En primer lugar, averiguar que llevas a tu futuro hijo en tu vientre es un motivo de inmensa alegría, especialmente si se trata de una gestación buscada. En segundo lugar, es también completamente normal que la incertidumbre e, incluso, el miedo hagan acto de presencia cuando se piensa en el parto -sobre todo en el caso de las madres primerizas- y en la salud del bebé. Estar embarazada y saber que, en poco tiempo, va a convertirse en madre, son ya de por sí factores lo suficientemente importantes en toda mujer como para que experimente emociones muy diversas.

Si a eso unimos los cambios hormonales producto del embarazo, tenemos el cócktail perfecto para que aparezcan los famosos altibajos emocionales y pasar del llanto a la alegría, y vice versa, sin saber muy bien por qué. “Tengamos en cuenta que el cuerpo experimenta una avalancha de hormonas como el estrógeno y la progesterona”, indica la psicóloga perinatal. “Estos cambios hormonales pueden tener un impacto directo en la química cerebral, afectando el estado de ánimo y la percepción emocional”.

¿Cuáles son las emociones más frecuentes en cada etapa del embarazo?

Como vemos, “es muy frecuente que las emociones varíen a lo largo de las diferentes etapas del embarazo”, si bien hay algunas que suelen estar más presentes que otras en función del trimestre de gestación:

1. Emociones más frecuentes en el primer trimestre del embarazo

“En las primeras semanas, es posible que muchas mujeres sientan una combinación de sorpresa, alegría y, en algunos casos, preocupación o miedo ante lo desconocido”. También es más habitual que, el primer trimestre, la gestante tenga más sueño, lo que puede conllevar una mayor falta de energía y, en consecuencia, afectar al estado de ánimo. Por otro lado, la futura mamá suele estar más pendiente de sus sensaciones, completamente nuevas (y, en no pocos casos, acompañadas de náuseas), lo que puede dar la sensación a los demás de que se está más ausente.

Además, en aquellos casos en los que la mujer haya tenido abortos espontáneos previos o cuando a habido problemas de fertilidad que han dificultado la consecución del embarazo, llegar a la semana 12 (cuando se hace la ecografía del primer trimestre, que es determinante para saber si el feto se está desarrollando de manera adecuada o si presenta alguna complicación), suele ser motivo de estrés y ansiedad, lo que implica, a su vez, estar más susceptible a cambios emocionales.

2. Emociones más frecuentes en el segundo trimestre del embarazo

Esta etapa es la más estable físicamente. Parece que la embarazada ya se ha adaptado a los cambios hormonales producto de la gestación, por lo que a la mayoría le desaparecen las náusas (aunque hay que tener en cuenta que en algunos casos perduran hasta bien entrado el segundo trimestre) y se recupera la energía.

Todo ello se traduce en un mejor estado de ánimo, potenciado por los movimientos del bebé, que se empiezan a percibir cada vez con más claridad. Esta tranquilidad también permite a la madre relajarse más, pensando en cómo será su pequeño y hablándole más en voz alta, todo lo cual favorece una mayor conexión con él, sentando así las bases del futuro vínculo madre-hijo.

3. Emociones más frecuentes en el tercer trimestre del embarazo

“A medida que avanza el embarazo, la emoción y la ilusión pueden coexistir con la incertidumbre y la ansiedad relacionada con el parto y la maternidad”, apunta Adhara Monzó. “Es frecuente que algunas mujeres experimenten cambios en sus emociones, yendo de la felicidad y la anticipación a momentos de duda o miedo. Esto puede deberse a factores como las preocupaciones sobre la salud del bebé, la adaptación a los nuevos roles y responsabilidades, así como las expectativas sociales y personales”. Todo ello se retroalimenta con el insomnio, mucho más habitual en el tercer trimestre.

Para hacer frente a este cocktail emocional y sobrellevarlo de la mejor manera posible es necesario el apoyo afectivo y puede que también se llegue a requerir de atención psicológica. En cualquier caso, ante las dudas o si la mujer embarazada se siente abrumada o con dificultades para gestionar la situación, “siempre es recomendable buscar el asesoramiento de profesionales de la salud mental y especialistas en psicología perinatal para abordar las preocupaciones específicas de cada futura mamá”.