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Embarazo

¿Qué necesitas para ser mamá? Gina Oller, embrióloga y psicóloga, tiene las respuestas

A veces, el embarazo llega sin dificultades, pero para muchas parejas se convierte en un camino lleno de obstáculos. Entonces se necesitan respuestas para que ese viaje a la maternidad resulte lo mejor posible.

¿Cuándo es el mejor momento para buscar el embarazo? ¿Qué dice la reserva ovárica de los años que quedan para ser madre? ¿Qué hay que saber sobre la reproducción asistida? Hay muchas preguntas en torno al embarazo y sus respuestas son las que pueden ayudar a que esa búsqueda se viva con más confianza y seguridad.

Gina Oller es embrióloga y psicóloga especializada en acompañamiento emocional en esta etapa (www.ginaoller.com). Acaba de publicar el libro Quiero ser mamá (Ed. Zenith), donde cuenta todo lo que hay que saber sobre ello, mezclándolo con pinceladas de su historia personal. Hemos charlado con ella.

Edad biológica y edad social no concuerdan, como recalcas en el libro. ¿Cuál es tu recomendación para las parejas que llegan a los 30 y aún no se plantean tener un hijo, pero sí desean ser padres más adelante?

En este caso, la recomendación sería poder tener información de la reserva ovárica año a año, pidiéndola en las revisiones anuales con el ginecólogo. Con esta información, la idea es saber en qué punto se encuentra y valorar si quieren seguir esperando, si la preservación de la fertilidad es para ellos o incluso si quieren adelantar esta búsqueda del embarazo conociendo los resultados u otras características médicas de los miembros de la pareja. Además, debemos tener en cuenta que los hombres también envejecen a a nivel fértil, que esto no es sólo de las mujeres. Aunque ellos siguen produciendo espermatozoides, estos no serán tan buenos como en edades más jóvenes.

En el libro cuentas que congelaste tus óvulos. ¿Qué debe saber sobre este proceso una mujer que se lo esté planteando?

Debe, primero de todo, plantearse si esta técnica es para ella o no. Que exista no quiere decir que tengamos que utilizarla, pero, si es para ella, lo importante es saber que es un proceso médico en el que va a estar acompañada de varios profesionales de la salud, que va a durar relativamente poco en el tiempo (la preparación y el mes de estimulación) y que, después, puede o no utilizar este material.

Debemos tener en cuenta que en la mayoría de las preservaciones de la fertilidad este material preservado no se acaba utilizando o a veces se utiliza y los resultados no son los esperados. Su no utilización también tiene una parte buena, y es que no lo has necesitado. Lo importante es que si lo necesitas, está allí y, en mi caso, como cuento en el libro, eso me dio calma durante varios años en los que no era momento de buscar el embarazo.

¿Cuáles son los falsos mitos sobre la fertilidad femenina y masculina que detectas en tu consulta?

El falso mito más común en la fertilidad femenina es que se tiende a pensar que la mujer está fértil un solo día y apenas unas pocas horas. Sí que es cierto que la ovulación y la liberación del ovocito es un evento que se da en un momento concreto y que el ovocito va estar disponible unas pocas horas. Pero esas horas no son las únicas fértiles. Antes de que haya la liberación del ovocito los espermatozoides pueden colonizar las trompas de Falopio de la mujer y esperar dicha ovulación, y viven dentro de nosotras de tres a cinco días, por lo tanto, somos fértiles desde antes de la ovulación, no solo durante la ovulación.

En fertilidad masculina, el falso mito más común en consulta es encontrar hombres o parejas que asocian la virilidad con la capacidad fértil o el hecho de tener hijos previos con la certificación de que ellos ya son fértiles y, por lo tanto, si hay algún problema será de origen femenino.

Libro 'Quiero ser mamá'©Ed. Zenith

En tu obra hablas de la importancia de la microbiota, ¿cómo influye en la fertilidad y qué hacer para mejorarla?

En los últimos años se están realizando nuevos estudios y ampliando el campo de conocimiento de la microbiota y su relación con multitud de funciones biológicas del ser humano, así como estudiando qué es lo que pasa cuando hay un desequilibrio, no solamente por la presencia de patógenos. En el campo de la fertilidad, tanto femenina como masculina, también se está viendo el papel de la microbiota tanto cuando esta relación es positiva porque tenemos un buen equilibrio, como cuando hay un ambiente patogénico o desequilibrado. Se está viendo que sí, que la microbiota influye en nuestra fertilidad, incluso más de lo que pensábamos hace solamente una década. 

Para mejorar la microbiota deberíamos estudiar de forma individual cómo está y qué hábitos debemos incluir, dejar de hacer o modificar para buscar otro tipo de ambiente microbiológico. Así, a grandes rasgos generales, sería procurar una dieta muy variada y fresca, huir de limpiezas y depilaciones muy agresivas y tener las revisiones citológicas y de enfermedades de transmisión sexual al día.

¿Qué relación hay entre ejercicio y fertilidad?

Como veréis en el libro, el ejercicio tiene un papel fundamental en la salud general, pero también en la salud hormonal y en la salud de nuestro suelo pélvico. Es un error pensar que nos pondremos en forma o a trabajar el cuerpo cuando hayamos conseguido este positivo. La idea es entrar en embarazo ya estando en forma, y es más, el ejercicio y estilo de vida saludable está relacionada con mejores ciclos menstruales, mejor calidad de los ovocitos, mejores tasas de resultados en los ciclos de reproducción, así como mejores tasas de embarazo y evolución de la gestación.

¿Cómo nos influyen los contaminantes ambientales a la hora de lograr el embarazo?

A día de hoy sabemos que todos estamos expuestos a estos contaminantes, también llamados disruptores endocrinos o ‘falsas hormonas’. Estos contaminantes interactúan con nosotros y pueden tener multitud de efectos, teniendo diferencias en función del contaminante, de la dosis y de la persona que los recibe.

Están en marcha muchos estudios que buscan dar respuesta a qué está pasando en nuestro cuerpo cuando nos exponemos a ellos, y los resultados no son muy alentadores, con lo que se está revelando que estos afectan a nuestra fertilidad, así como a la salud durante la gestación y el crecimiento. Un buen consejo es trabajar los hábitos no contaminantes antes de buscar el embarazo. En el libro está la descripción de los contaminantes más habituales, dónde los encontramos y qué tipo de exposición tenemos, así como un decálogo de consejos para evitarlos.

¿Cuál es la idea errónea más habitual de las parejas que acuden a la reproducción asistida?

La idea errónea más habitual cuando acuden a reproducción asistida es pensar que todo está en manos de los médicos. La parte médica, evidentemente, tiene un papel fundamental, pero ellos también. Su estilo de vida, alimentación, ejercicio, exposición a contaminantes y su salud mental van a tener una repercusión en la calidad de los gametos, así como la vivencia de este proceso, que es muy intensa.

Tener un acompañamiento emocional o una preparación psicológica y de comunicación de pareja es fundamental para una vivencia positiva del proceso y para poder continuar con el tratamiento en caso de no tener un resultado positivo y tener que repetirlo.

Otra idea es que si hacemos un tratamiento, vamos a conseguir el embarazo seguro o casi seguro. Es importante hablar mucho con el equipo biomédico y tener expectativas claras de nuestra situación para poder tomar decisiones y temporizar los tratamientos de manera adecuada.


 ¿Cuáles son las bases para cuidar la salud mental durante la búsqueda del embarazo?

Va depender de cada caso, de cómo somos, cómo llegamos a los tratamientos, de los diagnósticos previos, así como del modelo familiar. No obstante, dos de las claves más interesantes para cuidar la salud mental son el autocuidado y la comunicación. El autocuidado repercute en nuestra autoestima, y es común que, cuando llegamos a los tratamientos, la incertidumbre, la sensación de culpa, la presión social... afecten a nuestra autoestima. Tener un espacio de autocuidado personal a la semana y de pareja es fundamental.

Otro pilar sería la comunicación, darle espacio, ni en exceso ni que no haya, y no dar nada por sentado en la pareja. Hablarlo y buscar un espacio para hablar de las preocupaciones de cada uno de los miembros.

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