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Salud

¿Puede la fisioterapia respiratoria evitar ingresos hospitalarios de bebés y niños?

Las técnicas empleadas no duelen al pequeño y pueden llegar, incluso, a evitar patologías crónicas

Aunque parece que el pico de la ola de gripe y covid que comenzó antes de Navidades ya ha empezado a decrecer, queda aún mucho invierno por delante y, con él, muchas infecciones respiratorias en niños y en bebés -especialmente en aquellos que vayan a escuelas infantiles o al colegio-. Aunque con bebés y niños muy pequeños es complicado seguir ciertas medidas preventivas (como taparse al toser o lavarse las manos antes de llevarse con ellas nada a la boca, por ejemplo), hay otras que sí están en nuestra mano; entre ellas, llevarlos a fisioterapia respiratoria, que puede llegar a evitar ingresos hospitalarios de aquellos casos que pudieran complicarse. “La fisioterapia respiratoria ayuda a evitar ingresos gracias a las diferentes técnicas y ejercicios que realizamos con los niños y bebés”, confirma Guiomar Martín, fisioterapeuta de ILUNION Fisioterapia.

 

Las técnicas con las que el fisioterapeuta puede trabajar este tipo de afecciones varían, si bien se suelen emplear herramientas que trabajan con el flujo y la velocidad en la entrada y la salida del aire. Una vez en consulta, todos los tratamientos se harán con un esquema que parte de la valoración exhaustiva antes de comenzar el tratamiento y que acaban siempre con una supervisión del caso y un seguimiento prolongado del estado del bebé o del niño. De este modo, en función de la afección, se emplearán unas técnicas u otras: expulsar las secreciones, hacer lavados nasales, nebulizaciones o maniobras de provocación de la tos. “Todas ellas son indoloras para el niño y además se aplican, en muchos casos, a través de juegos en los que ellos mismos participan”.

Aunque la fisioterapia respiratoria aún es un gran desconocido para gran parte de la población, se trata de un recurso eficaz a la hora de ayudar a mejorar la evolución de patologías como neumonías, enfermedades crónicas, como fibrosis quística, y también los más clásicos catarros o infecciones de vías respiratorias altas. De hecho, “en el caso de los bebés y niños, todas las patologías van a presentar una mejoría, por leve que sea”, asegura Guiomar Martín. Cuando se trata de una afección puntual, como una bronquiolitis, que es una patología producida por un virus VRS (virus respiratorio sincitial), “se trabaja para eliminar secreciones, es decir, la mucosidad del niño”, explica. Aquí “siempre se producirá una mejora, ya que subirá la saturación de oxígeno subirá y su capacidad ventilatoria, con lo que la dificultad al respirar irá desapareciendo”.

Por otro lado, en caso de una patología más crónica, como puede ser el asma, “la mejoría puede tardar en aparecer a lo largo de las sesiones, ya que uno de los principales objetivos es ayudar al paciente a reconocer las tan conocidas crisis asmáticas y a saber llevar su patología”.

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¿Cuándo es recomendable llevar al bebé o al niño a fisioterapia respiratoria?

Si los tratamientos y técnicas citados “se realizan en el momento adecuado, es decir, al notar esos primeros síntomas respiratorios y, por supuesto, cuando aparecen síntomas nuevos, siempre se recomienda ir a su pediatra habitual”, subraya la fisioterapeuta. “Una vez que el médico ha mandado la medicación pertinente, nuestras técnicas también van a ayudar a que esa medicación actúe de una mejor forma eficiente”.

¿Cuáles son esos síntomas? ¿Cuándo debemos plantearnos la posibilidad de llevar a nuestro hijo a fisioterapia respiratoria? Guiomar Martín indica estos primeros síntomas:

  • Pérdida de apetito o disminución en la cantidad de las tomas, en el caso de bebés
  • Dificultad para dormir
  • Irritabilidad excesiva
  • Tos muy productiva o, por el contrario, muy seca por la noche o el día y que no desaparece.
  • Abundante moco en nariz, flemas o secreciones muy espesas y con color verde o amarillo.
  • Tras varios ingresos hospitalarios y medicación propuesta por el médico y que solo con eso no funciona y nuestro bebé o niño no se cura.
  • Cuando exista diagnóstico de bronquiolitis en los bebés, bronquitis, neumonía.
  • De manera preventiva en infecciones o recaídas de repetición.

Apoyo en casa con la fisioterapia respiratorias

En la mayoría de los casos, será necesaria la colaboración de los padres para que estos realicen ciertos ejercicios con sus hijos en casa. En cualquier caso, será el fisioterapeuta el que dará las pautas a seguir, que serán unas u otras en función de la afección que padezca el niño y de su edad. Sobre todo “en caso de patologías de tipo crónico, el padre o la madre aprenderán en la sesión a hacer determinadas técnicas para poder llevarlas a cabo en casa con su hijo o su hija y mejorar”.

Independientemente del tipo de infección que el niño tenga, el tratamiento con fisioterapia respiratoria puede ser un gran aliado, pues también puede ayudar a reducir la ingesta de medicamentos recurrente, facilitar la eliminación de las secreciones y con ellas, los molestos y preocupantes ruidos respiratorios y la tos. “Además, podemos ayudar a reducir la inflamación de las vías respiratorias, consiguiendo mayor saturación de oxígeno y facilidad en la respiración”, de manera que, a largo plazo, “puede incluso evitar enfermedades respiratorias crónicas”.