Abortos de repetición, mujer triste porque ha sufrido un aborto.©Istock

Embarazo

¿Cuándo hay que hablar de abortos de repetición?

Son la patología principal causante del duelo gestacional para la que la comunidad científica y médica no tiene una respuesta clara: para algunos son dos y para otros tres.

Un aborto de repetición es una patología que ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “la pérdida consecutiva de tres o más embarazos antes de la semana 20 de gestación o cinco no consecutivos”. Y su prevalencia es importante. Según nos comenta el Dr. Rodrigo Orozco, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital QuirónSalud Málaga, “el aborto de repetición es la patología más frecuente a través de la cual se genera un duelo gestacional, pues son tremendamente prevalentes en nuestra sociedad, ya que los sufre un 15% de la población”. Es un grave problema que frustra los deseos de una persona o pareja aparentemente sana que desea tener descendencia y no lo consigue.

Su causalidad, nos dice, “es muy variable y se puede deber a multitud de factores diferentes”. De hecho, hay veces que no se llega a un diagnóstico claro. Por ello, el enfoque para abordarlos debe ser multidisciplinar, incluyendo también expertos en psicología perinatal, ya que, en ocasiones, se encuentran con mujeres que han pasado por una docena de abortos, convirtiéndose en un proceso muy doloroso. Sobre cuándo hablar de ellos y cuándo no, sus posibles causas y de si se pueden llegar a evitar o no, hemos querido hablar con el doctor.

¿Qué ocurre cuando una mujer tiene dos abortos seguidos?¿Y tres?

Un aborto espontáneo aislado, que puede sufrir cualquier embarazada, no se considera un aborto de repetición y suelen producirse por anomalías en el embrión. Sin embargo, para poder decir cuándo comenzamos a hablar de ellos, “lo primero que debemos saber es que ni la OMS ni las propias sociedades médicas y científicas se ponen de acuerdo para concretar cuándo se considera que una mujer tiene abortos de repetición”.

Entonces, ¿por qué hablamos de ellos? ¿cuándo lo hacemos? En primer lugar, nos explica el doctor, “sí que podemos decir que los abortos espontáneos son un concepto codificado como un problema médico o sanitario, es decir, es una patología y, por ello, debe estar sujeta a un estudio o manejo para evitar que se vuelva a producir”. Por tanto, estamos ante una patología médica ante la que no hay consenso, pero la mayoría de las sociedades médicas nos hablan, o bien de tres abortos consecutivos o bien de dos, como en el caso de Estados Unidos o España que, en su último protocolo, “considera que, a partir de dos abortos consecutivos, podemos hablar de abortos de repetición”.

Por tanto, “nosotros debemos considerar que en una pareja sana, joven y sin patologías previas, existen abortos de repetición cuando han existido dos de manera consecutiva y no tres como se pensaba en nuestro país hasta hace cinco años o como incluso define la OMS”. Así, una vez que se han tenido dos abortos consecutivos, se debería empezar a estudiar qué está ocurriendo, pues, como nos ha comentado el doctor, estamos ante una patología.


Causas más recurrentes de los abortos de repetición

Como ya hemos comentado, las causas son muy variadas y, por ello, “no podemos utilizar los protocolos generalizados y publicados para todos los pacientes en general, sino que debemos realizar un estudio individualizado y específico de cada mujer o pareja”, nos explica el doctor. Cada paciente tiene un problema diferente que hará que el tratamiento y el abordaje sea completamente personal.

Ahora bien, habitualmente, nos comenta el doctor, podemos citar como algunas de las causas más habituales:

  • Problemas hematológicos, es decir, pequeños trastornos de coagulación que sobre la madre no tienen ningún tipo de efecto, pero que sobre el embrión si tienen repercusión. Esto es porque se producen microtrombos que impiden que el riego sanguíneo llegue correctamente.
  • Problemas reumatológicos o autoinmunes, que pueden hacer que la propia madre actúe contra el embrión evitando su crecimiento y desarrollo.
  • Causas genéticas que, o bien no tienen porqué tener los padres, sino que se producen de manera espontánea, o bien alteraciones que sí están presentes en alguno de los progenitores y que, al asociar el espermatozoide al óvulo generan algún tipo de problema que evita el desarrollo de un embrión de forma completa.
  • Problemas morfológicos del propio embrión, que dificultan su crecimiento o el de sus órganos, como el corazón o el cerebro.
  • Factores endocrinológicos o morfológicos de la mujer, que pueden darse en el propio órgano reproductor de la mujer, por ejemplo, en su útero, dificultando la implantación del embrión.

El estudio específico es vital para minimizar la posibilidad un nuevo aborto

Una vez que tenemos el diagnóstico de abortos de repetición, podríamos intentar evitarlos (“o, mejor dicho, tratar de minimizar las posibilidades de que vuelva a ocurrir”), nos dice el doctor, pero para ello, insiste, debe haber un tratamiento y estudio específico. De ahí que sea tan importante ponerse en manos de los profesionales médicos, “en unidades específicamente diseñadas para este problema, siempre formados de manera multidisciplinar”.

Desde profesionales médicos de Ginecología y Obstetricia, hasta consultas específicas en las que se trabajen con problemas de fertilidad y, viendo las causas descritas, profesionales que sepan tratar problemas hematológicos, autoinmunes, endocrinológicos, anatómicos y morfológicos. Además, nos apunta, “no podemos olvidarnos del apoyo psicológico, que siempre debe estar presente”.

El estrés emocional con el que estas mujeres llegan a un siguiente embarazo, nos explica, “es de un nivel tremendo”. Sabemos, además, por una evidencia científica muy asentada ya, que a día de hoy el componente psicológico influye tanto de manera positiva como negativa en un embarazo. Y es que, “una salud no adecuada puede producir un exceso de radicales libres en nuestro organismo, dando lugar a células pro-inflamatorias, que fomentan la aparición de un nuevo aborto”. De ahí que, desde el punto de vista médico, “un estado de salud mental adecuado nos ayuda a conseguir un embarazo y, no solo eso, que este tenga menos complicaciones y un menor riesgo”.

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