Existen muchísimas maneras de fomentar la autonomía de los niños con el objetivo de que se conviertan en personas resolutivas y con un nivel de autoestima adecuado.

“Es cierto que hasta que no empiezan a tener dos o tres años es complicado educarles en ello, pero a partir de esta edad ya podemos ayudarles con cosas tan simples como que lleven el pañal sucio a la basura o que recojan la ropa al bañarse y la echen al cesto de la ropa. El juego simbólico en el que juegan a hacer comiditas o a barrer es una forma de experimentar también esa autonomía”, explica Elisa Vaca López, psicóloga y neuropsicóloga en el Centro Vaca Orgaz de Madrid (www.psicologoinfantil.es)

El juego como herramienta de aprendizaje

Pero no todo iban a ser actividades relacionadas con las labores del hogar. Según señala la experta, el juego es un recurso muy potente como herramienta de aprendizaje de los más pequeños, ya que les permite ampliar conocimientos y mejorar en las distintas aptitudes, además de aprender a tolerar la frustración y mejorar en su autoestima o resolución de conflictos.

“El juego lo podemos definir como un espejo de la realidad en la que se reflejan muchos aspectos de ella. Es una actividad propia del ser humano que se presenta en todos los niños, suponiendo una herramienta fundamental tanto en su desarrollo cognitivo como en el de sus capacidades tanto individuales como sociales”, detalla la experta.

Esther Law, maestra de educación infantil en The English Montessori School, reivindica además el componente de entretenimiento y diversión de las actividades, esencial para ayudar a los niños a procesar de manera más sencilla la nueva información”. En este sentido, desde el centro han seleccionado 3 juegos que les servirán como herramienta de aprendizaje:

1. Los boles mágicos

Según informa la experta, el objetivo del juego de los boles mágicos es “promover la concentración y coordinación de diferentes movimientos de los niños, ayudándoles a realizar actividades cotidianas de manera autónoma y ganando autoestima”.

Material necesario: Una bandeja, dos boles de igual tamaño (o parecido) y piezas que tengamos en casa de algún material pequeño y que sea fácil de manejar. Por ejemplo: judiones o judías en crudo.

Para empezar a jugar, podemos colocar los dos boles en una bandeja, uno de ellos con el material que hayamos elegido. La idea es que nos sentemos con nuestro hijo en una mesa y silla que nos permita estar a la misma altura. Posteriormente, hemos de pasar los garbanzos de un bol a otro mientras le explicamos cada uno de nuestros gestos.

“Es importante repetir la acción con ambas manos y durante varias veces hasta que se sienta capacitado para hacerlo. Una vez proceda a ejecutar la acción, anímale y hazle sentir que puede con todo”, añade la educadora. A medida que vaya mejorando, será necesario aumentar la dificultad, “cambiando los garbanzos por arroz, luego por sémola y, por último, por agua”.

2. El recorte misterioso

A través del recorte misterioso, Esther Law expone que este juego busca enseñar a utilizar las tijeras de “forma controlada e independiente” mientras que fomentamos su imaginación al descubrir la figura que se esconde tras el recorte. “Este ejercicio es, además, un magnífico aliado para ayudar a los niños a aprender y escribir”, concreta.

Material necesario: Un lápiz, unas tijeras con punta redonda que sean especiales para los más pequeños y varias cartulinas de colores.

Para empezar a jugar, podemos dibujar sobre las cartulinas figuras sencillas, entretenidas y divertidas para que comiencen a recortar. “Seguidamente explica al niño cómo debe proceder y deja que sea él quién tome las riendas. Aumenta el nivel de dificultad de las figuras conforme vaya superando los diferentes retos que le plantees”, sostiene.

3. Los botones divertidos

“El juego de los botones divertidos está hecho para desarrollar la motricidad del niño y concederle la independencia de poder vestirse él mismo sin depender de nadie”, garantiza la coordinadora infantil.

Material necesario: Un marco de madera con dos trozos de tela y botones de diferentes tamaños, formas y colores diferentes o bien alguna prenda con botones.

Para ponernos manos a la obra, les explicamos cómo abrochar y desabrochar los botones, “describiéndole detalladamente todos los gestos que hay que llevar a cabo para hacerlo”. “Invítale a hacerlo y repite este juego hasta que el niño sea capaz de abrochar sus botones él solo”, matiza Esther Law.