Con la comida no se juega. Este dicho, que habremos oído infinitas veces en boca de nuestras madres durante la infancia, adquiere un nuevo sentido a la hora de diseñar el banquete nupcial. Encontrar el perfecto equilibrio entre los sabores de siempre y las recetas que sorprendan a nuestros invitados es una tarea larga y difícil, que requiere de muchas horas de dedicación por parte de los novios, para obtener el resultado más deliciosos y suculento posible.
Lo primero en estos casos es encontrar el lugar donde queremos poner punto y final a nuestro gran día. El convite es un momento muy especial que compartiremos con nuestros más allegados, y es importante estar seguros de que tanto el emplazamiento, como el servicio y el menú son los más adecuados para nuestro bolsillo y nuestras preferencias. Salones, restaurantes especializados, hoteles... resultan perfectos para las bodas urbanas. El inconveniente: la mayoría tienen ya una serie de menús elaborados con diferentes platos y precios, y la iluminación y decoración, tan importantes para el book fotográfico, tampoco dejan gran margen a la imaginación de los novios.
Por esta razón, los catering se han convertido en una de las opciones más solicitadas por los novios a la hora de celebrar el banquete de sus sueños. El alto nivel de personalización de los platos y la ambientación del lugar, dejará un sabor imborrable en los novios y sus invitados: palacetes, fincas, conventos... De entre las muchas empresas de catering españolas destaca Bluche, una sofisticada iniciativa que ofrece a sus clientes un servicio a medida, que incluye desde la elaboración del menú hasta la decoración, el transporte o la fotografía. Su propuesta gastronómica abarca sabores que van desde lo más elaborado, como la crema de guisantes al Martini, hasta lo más tradicional, como el rabo de toro o la carrillera de ternera. Otro gran ejemplo es la empresa Vatelia, quienes hacen gala de una fantástica gastronomía creativa a base de gnocchis de calabaza, ensalada de pichón o gazpacho de centolla, que usted y sus invitados podrán degustar en su enclave preferido (se desplazan a cualquier punto de España) o en los parajes seleccionados por ellos mismos, como la Antigua Fábrica de Harinas de Torrelaguna o los claustros de Ayllón.
Una vez seleccionado el lugar de celebración, la elección del menú será el gran quebradero de cabeza de los novios: además de probar innumerables platos hasta dar con la combinación más fresca, suculenta o sabrosa, es importante tener en cuenta ciertos detalles relacionados con la organización. Ya acudamos a un restaurante o a los servicios de un catering, es importante dejarse aconsejar por los profesionales del sector, que en todo momento estarán pendientes de que nuestro banquete sea lo más perfecto posible. Tener claro el número total de cubiertos, buscar los productos de temporada (siempre mejor frescos que congelados), incluir platos típicos de la zona, tener en cuenta a aquellos que puedan sufrir algún tipo de alergia alimentaria o variar el menú en función de la hora del día son detalles que se nos pueden pasar por alto al menor descuido. Mucha paciencia y... ¡buen provecho!
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