Recibió los primeros minutos del año tal y como pasó el resto de los días de 2010, sobre un escenario que compartió con Jennifer Hudson y Kesha, entre otros. Por eso nada más soltar el micrófono en Times Square, Fergie volvió a hacer las maletas para regresar al que se ha convertido su refugio en estas vacaciones de Navidad, lo más lejos posible de las bajas temperaturas de Nueva York. ¿El objetivo? Escapar de las responsabilidades y de un año lleno de trabajo y de éxito junto a su grupo The Black Eyed Peas para relajarse y tomar el sol con su marido Josh Duhamel.
El lugar elegido para hacerlo se ha convertido en el punto de encuentro de muchas caras conocidas en estas vacaciones y no es otro que la isla de San Bartolomé, en el Caribe. La pareja se subió a uno de los lujosos yates que surcan sus aguas para pasar el día con sus amigos y Fergie aprovechó la ocasión para ponerse el bikini y lucir figura. La artista se mantiene en plena forma gracias al ajetreo de sus giras mundiales y a las horas que dedica a hacer ejercicio, en compañía de su marido siempre que coinciden en la misma ciudad.
Tras un día sin ningún sobresalto, la pareja bajó a tierra para cenar en uno de los restaurantes de la zona y pasar así una velada íntima y romántica. El año 2010 ha estado marcado para la cantante por el regreso junto a su grupo The Black Eyed Peas con el que lanzó The E.N.D que ha acaparado los primeros puestos en las listas de ventas y de singles más vendidos. Sin embargo parece que 2011 será el año de su segundo álbum en solitario con el que espera repetir la buena acogida que tuvo su primera aventura sin el respaldo del conjunto, The Dutchess en 2006.