Hace apenas unas semanas volvían a activarse todas las alarmas. Unas fotografías de un desmejorado Michael Jackson, de nuevo con mascarilla quirúrgica y la piel de las manos enrojecidas saliendo de una clínica de California, alimentaban la hipótesis de que el artista tenía una fuerte infección en la piel (calificada como staphylococcus aureus o SARM). Según se dijo entonces, esta fuerte enfermedad podría destruir los tejidos de su cuerpo si no se combatía eficazmente, algo complicado dado su resistencia a los antibióticos.
Sin embargo, el rey del pop parece haber encontrado la cura para el mal que le afectaba ya que este mismo fin de semana ha reaparecido de nuevo con mucho mejor aspecto. Acompañado de su gran amigo, el diseñador Christian Audigier, visitó algunas de las mejores boutiques de Rodeo Drive, en Beverly Hills. Los dependientes de Dolce & Gabbana y Dior tuvieron la oportunidad de ver a un Michael sin rastro de las marcas físicas que presentaba hace días, con la cara descubierta, aunque eso sí, de riguroso negro y con sus imprescindibles sombrero y gafas de sol. Se mostró de lo más comunicativo con los curiosos y la prensa e incluso les dedicó un rápido saludo con la mano.
Se subastarán sus pertenencias
El consuelo de sus amigos parece necesario en un momento en el que ve cómo sus "tesoros", esos excéntricos trofeos que coleccionó durante toda una vida y que representan esa filosofía de Peter Pan (el niño que se resiste a crecer) que siempre le ha acompañado, van a ser subastados. Con su "imperio" Neverland desmantelado en manos de fans dispuestos a pagar sustanciosas sumas de dinero por un fetiche de su ídolo, se dice que está dispuesto a volver a subirse a un escenario. Una mini gira de conciertos en Londres, para los que ya estaría negociando las condiciones, serían el aperitivo de quizá un nuevo disco. Una de sus peticiones para salir a la carretera de nuevo podría ser, según algunas informaciones, que le acompañe un equipo de doctores, preparado para cualquier emergencia.