Sólo la pequeña Beatrice consigue que Paul McCartney y Heather Mills estén a menos de cien metros de distancia sin tirarse los trastos a la cabeza. La ex pareja consintió darse una tregua para celebrar el tercer cumpleaños de su hija y el pasado sábado fueron fotografiados en un parque infantil en Hastings (al sur de Inglaterra). Eso sí, cada uno rodeado de sus colaboradores y manteniendo una prudencial distancia de seguridad.
El tenso armisticio se mantuvo toda la tarde, pero los problemas llegaron con los fotógrafos. Ahora que la ex modelo graba todos los movimientos de aquellos que la siguen para futuras necesidades judiciales, asegura el News of the World que no pudo contenerse e increpó a un gráfico que intentaba inmortalizar la escena familiar: "Voy a llamar a un asesino para que te mate, eres la escoria del mundo". Lo peor no fue eso, sino el añadido de un colaborador de McCartney, John Hammell, que le espetó: "No saques a Paul, sólo a esa maldita perra". Animales y otras perlas del vocabulario aparte, la guerra de los McCartney sigue con armas y batallones dispuestos a acabar con el contrario.
El ex Beatle acaba de impedir vía judicial la publicación de unas cintas de audio en las que al parecer se puede escuchar a la que fuera su mujer durante 29 años, Linda, fallecida en 1998, contar detalles íntimos sobre su matrimonio. Dichas declaraciones, asegura la prensa británica, podrían cambiar radicalmente la visión de matrimonio sólido e idílico que daba la pareja e incluso ser utilizadas por Heather Mills en su proceso de divorcio.
Según publicaba hace unos días el The Mail on Sunday, que cita como fuente una entrevista exclusiva al que fue el confidente de Linda McCartney, Peter Cox (al parecer Linda el entregó las cintas cuando trabajaban en un libro de cocina), en más de una ocasión pensó en abandonar a su marido. Según Cox, Linda, que falleció a los 56 años como consecuencia de un cáncer, se aferraba a la supervivencia de su matrimonio con McCartney. "En un momento difícil pensó en abandonarlo", declaró al diario, "pero inmediatamente rechazó la idea porque quería mantener la familia". Sin embargo, "se sintió como en una trampa" en ese momento. Sobre el "lado oscuro" de Paul, Cox oyó decir a Linda que en ocasiones era autoritario.
Y mientras, Heather Mills sigue defendiéndose de las voces que la acusan de cazafortunas. Asegura que sólo quiere veinte millones de euros de la fortuna de su marido (que llega a los 1.500) y no 400 como ha dicho la prensa. "Lo que más le ha molestado a Heather es que dijeran que ha rechazado una oferta de sesenta millones de dólares porque buscaba 200 o más. Simplemente, no es cierto, quiere unos 20 millones de dólares y está dispuesta a alejarse de la vida del músico y comenzar la propia si le ofrece una suma razonable", ha comentado un allegado a la modelo. El músico, siguiendo su tónica, guarda silencio.