Sir Paul McCartney está demostrando que es un auténtico caballero, un hombre de palabra al que espanta estar en el centro de la atención mediática, por algo que nada tiene que ver con su música. Por eso, los rotativos ingleses se han lanzado a hablar de tregua entre el cantante y Heather Mills, gracias al papel del propio McCartney, que pidió a la madre de su hija, la pequeña Beatrice, cuarenta minutos de su valioso tiempo, para juntarse, sin intermediarios ni cámaras por medio, y tratar de llegar a un acuerdo. Al parecer, esta particular cumbre por la paz, celebrada en la residencia de verano del ex Beatle, en South Hampton, podría ser calificada de un éxito. Ahora sólo resta ver que sí, que es cierto, y que el "fuego cruzado" de acusaciones e insultos velados (Heather Mills llamó anciano -y no precisamente con tan amable palabra- al músico) se interrumpe.
Un motivo de paz: Beatrice
Hace más de veinticinco años, Paul McCartney escribió una canción titulada Pipas de la paz. En ella, el bueno del músico, clamaba por la paz, la difícil paz que sigue a un amor roto. Ahora, con coherencia, el cantante -de sesenta y cuatro años- ha querido reunirse con Heather Mills y tratar de llegar a un acuerdo pacífico, paso necesario para alcanzar un divorcio rápido, la obsesión de Paul McCartney, a quien la exposición pública de su vida privada se le hace especialmente insoportable. Además, el ex Beatle quiere llegar, cuanto antes, a acuerdos en cuanto al cuidado y custodia de su hija, algo que, realmente, tiene muy preocupada a esta pareja hoy rota.
Los costes de la 'guerra'
Según Daily Mirror y Daily Express, el ex Beatle invitó a Heather Mills a su mansión. Y ella, ni corta ni perezosa, aceptó realizar el viaje que separaba su localización actual (Nueva York) de la residencia de quien fue su marido. Nadie sabe si ambos (que no firmaron separación de bienes cuando contrajeron matrimonio) habrán llegado a un acuerdo que cese con las hostilidades, algo muy recomendable, en especial, para la pequeña Beatrice.
De lo que sí que no cabe ninguna duda es de que lleguen al acuerdo que lleguen, Paul McCartney habrá de desembolsar una ingente cantidad de euros. Incluso hay quien dice, según los tabloides ingleses inspirados por la opinión de Mark Stephens, más conocido por ser abogado de famosos, que ciento cincuenta millones de euros podría ser la cantidad final que el músico tendría que pagar a Heather Mills si no llegan a un acuerdo pacífico. Así es que, por la cuenta que le trae, Paul McCartney está poniendo todo cuanto puede de su parte para que se firme la paz. Por ahora, una tregua con reservas.