Este año, más que nunca, los organizadores del Festival han creído en la participación del público a la hora de elegir al ganador de la 47 edición de Eurovisión. España, volcada en su representante, ha optado por un sistema de votación mixto. El 50% de los votos será asignado por un jurado que, según la Unión Europea de Radiodifusión, será secreto hasta las doce de la noche pero que, sin embargo, se sabe que está constituido por importantes nombres relacionados con el mundo de la música. El otro 50% será del público a través de los números de teléfono que las televisiones de cada país sobreimpresionen en pantalla. Sólo se dispondrá de cinco minutos para votar, con la salvedad de que nunca se podrá votar al propio país y que se admitirá un máximo de tres llamadas por cada línea telefónica. El coste de la llamada será de 0,25 euros. Este año hay países que han optado por confiar el 100% de la decisión a los espectadores.
A pesar de las campañas que han pedido que no se vote a los competidores directos de Rosa (Suecia, Alemania, Eslovaquia, Finlandia y Gran Bretaña), Televisión Española ha recomendado que se vote a "quién más nos guste". Así, con estas salvedades y la novedad de ser el público elemento esencial para conocer el ganador, el 47 Festival de Eurovisión se convierte, en cierto sentido, en el renacer de un Festival dormido.