Único. Más de doce mil personas se empaparon en Madrid de la energía sin límite de dieciséis jóvenes, ya por todos conocidos, que quieren triunfar y saben que esto pasa, inevitablemente, por el trabajo y la seducción concierto a concierto de un público enfervecido por ese fenómeno mediático conocido por Operación Triunfo.
Hubo gente que pasó más de diez horas en la cola. Y todo por aproximarse un poco más a un escenario por el que irían desfilando unas estrellas que se forjan a sí mismas. El público, en su mayoría adolescente, mostraba a base de póster, pintadas, o gritos entusiastas, sus preferencias por uno u otro de los concursantes que aspiran a hacerse un lugar estable en el panorama musical de nuestro país. Los más ovacionados: Bisbal, Bustamante, Chenoa y Manu Tenorio. Juan, el único concursante que "jugaba" en casa, hubo de conformarse con alguna que otra muestra de afecto sin llegar a lograr la pasión que sus otros compañeros despertaron.
Muchos famosos en la zona Vip, acompañados por sus hijos, como Nieves Herrero. Pero la fiesta estaba abajo. En un graderío dispuesto a corear la noche entera. Los jóvenes aprendices de la Academia debieron sentir a las miles de personas que les iban a acompañar. Temblaron pero iniciaron el concierto con una profesionalidad probablemente crecida por el cariño que los fans les demuestran. Fueron ellas las que dieron el primer paso. Tras los acordes sensuales del bailable tema Lady Mermelade, las chicas se pusieron frente a frente a un público que no paró de mimarles en toda la noche.
Poco después fueron ellos. No faltó ni un sólo elemento para hacer que ese concierto se convirtiera en un éxito contundente. Música bailable, contorneos, movimientos seductores... y voz, mucha fuerza en unas voces que quieren ser oídas.
No hubo puntos de inflexión. Toda la noche fue una invitación continua al disfrute. Y para el final, lo más esperado. Rosa, la que menos se dejó ver probablemente cuidando su voz para el esperado festival de Eurovisión, como un vendaval de voz inabarcable, avivó aún más al público que cantó acorde a acorde Europe's living a celebration.
Los adolescentes, muchos acompañados por sus madres e incluso abuelas, disfrutaron hasta el último minuto del concierto. Sus estrellas, para muchos sus nuevas referencias, salieron al escenario para regalar un tema mítico para los seguidores del programa: Mi música es tu voz. Y todos los presentes sintieron que la voz, el cantar y escucharse unos a los otros les hacía más felices. Y eso es, en definitiva, lo importante.