Si tienes un perro, probablemente lo pasarás francamente mal durante las fiestas que se celebran con petardos, ya sea en verano, por San Juan, o en Navidad. Sobre todo, si tu mascota tiene mucho miedo a todos esos sonidos fuertes que no sabe de dónde vienen ni si su vida corre peligro. Porque ¿qué otra cosa puede 'pensar' un perro cuando escucha esos ruidos ensordecedores que les generan tanta ansiedad?
"Generalmente, el comportamiento más común de los perros frente a los petardos o fuegos artificiales suele ser el de cambio repentino en sus reacciones físicas. Esto se traduce normalmente en temblores, ladridos, aullidos o jadeos. En casos más extremos se pueden presentar vómitos, diarreas y taquicardias", explica Ana Ramírez, directora técnica veterinaria de KIVET, la red de centros veterinarios de KIWOKO. Estos síntomas son causados, precisamente, por el terror que les genera.
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Causas del miedo a los petardos
El oído de los perros es mucho más agudo que el de los humanos, lo que les hace más sensibles a ciertas frecuencias de sonido elevado."Cuando se exponen a estas altas frecuencias de ruido pueden experimentar bastante miedo y este, a su vez, hace que el sistema nervioso del animal libere mucha adrenalina y cortisol, lo que se traduce en estrés", explica la veterinaria quien señala que es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones para aliviar esta ansiedad tanto antes del evento como durante.
Por ejemplo, a priori, "es importante haberles sacado a dar un paseo, haber jugado con ellos para que liberen toda la energía posible, de modo que así estarán más tranquilos. También se les puede preparar una zona de refugio con su manta habitual y juguetes. La casa debe estar con las ventanas y puertas cerradas; tanto para aislar el ruido lo más posible como para evitar que el perro salga precipitado huyendo a la calle", advierte la especialista.
Ana Ramírez continúa explicando que durante los petardos o fuegos artificiales lo primero de todo es estar con ellos y no dejarlos solos. Además, es importante que, como humanos, permanezcamos tranquilos durante la situación, con el fin de no transmitirles nerviosismo. Nunca hay que recompensarlos mientras su estado esté alterado, hay que dejarles su espacio y consentirlos cuando ya haya pasado todo. Y nunca se debe mostrar enfado en esta situación, ya que les puede alterar aún más.
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¿Cuándo hay que pedir ayuda?
Si las recomendaciones iniciales no dan fruto, el siguiente paso es visitar a un experto en comportamiento animal y a un veterinario para descartar cualquier problema adicional de salud.
Las situaciones en las que sería especialmente importante la intervención de un profesional serían, por ejemplo, cuando se convierte en una fobia. Es decir, cuando el comportamiento del perro no atiende a ninguna solución como las que hemos mencionado y cuando ese nerviosismo se mantiene en el tiempo, a veces de forma muy desmesurada.
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¿Cómo se puede tratar a un perro con miedo a los petardos?
Productos con hormonas: existen actualmente productos que contienen una feromona canina de apaciguamiento, que pueden ayudar a la relajación y a disminuir la ansiedad del animal. En cualquier caso, lo más recomendable en estas situaciones son productos de origen natural y que cumplan todas las exigencias sanitarias, siempre aconsejados por nuestro veterinario.
Suplementos: hay una serie de suplementos calmantes para perros disponibles en el mercado. Antes de optar por cualquier medicamento, conviene revisar el origen (si es de origen natural, qué principio activo presenta…) y, sobre todo, que no cause problemas en el bienestar de nuestro animal. Cada perro, de acuerdo con su estado de salud y edad, puede presentar unas características aptas o no para suplementos o medicación. Lo más aconsejable es acudir al veterinario y que sea este quien nos asesore.
Por ejemplo, existen tranquilizantes naturales derivados de la leche (alfa-casoxepine) o del triptofano, para producir en efecto relajante. Asimismo, hay otros suplementos alimenticios derivados del CBD (cannabidiol, una sustancia química que se encuentra en la marihuana) que también puede ayudar a un perro a que se calme. Pero hay que insistir en que debe ser un veterinario quien recete cualquier suplemento o medicación a un perro y para ello es necesaria la supervisión veterinaria.
Infusiones: las infusiones que consumimos nosotros como humanos y en la forma en que lo hacemos no pueden ser administradas a nuestros perros. Sin embargo, al igual que los suplementos mencionados anteriormente, en el mercado existen actualmente suplementos con componentes similares a los de las infusiones tradicionales. Por ejemplo, "contamos con ‘Menforsan Relajación’, que es un alimento complementario con extractos de valeriana, melisa y pasiflora y que ayuda a los animales de compañía a mejorar las situaciones estresantes que les pueden generar ansiedad", indica la veterinaria de KIWOKO.
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Los medicamentos tranquilizantes para humanos son tóxicos:
Por último, hay que recordar que los animales son distintos a nosotros en muchos aspectos; su organismo, sus mecanismos de defensa, su tamaño, etcétera. Por ello, por ejemplo, su comida es especial, al igual los suplementos o la medicación. Además, en el caso concreto de la medicación, el hecho de administrarles fármacos para humanos puede tener efectos tóxicos y muy nocivos para la salud de nuestro perro, por lo que jamás debemos dárselos.
Además, dentro de los perros hay diversidad de razas, de condiciones físicas y de edad. Por ello los veterinarios son los únicos autorizados a recomendar suplementos o medicamentos para nuestros animales de compañía, concluye Ana Ramírez.