Un restaurante familiar en Ses Salines, en el sudeste interior de Mallorca, con un aspecto sencillo y popular, ofrece algunos de los mejores productos de toda la isla, en un ambiente al que acuden por igual personajes pueblerinos, turistas alemanes o miembros de la familia March, los principales terratenientes de la zona. Atendido por el propietario, su mujer y sus hijas, Casa Manolo es uno de esos restaurantes peculiares y entrañables a los que es es preferible llegar con reserva –sobre todo en verano, cuando es conveniente hacer la reserva con varios días de antelación– y dejarse asesorar, ya que la oferta de productos del mar tiene relación con los vaivenes del mercado, y la suerte que ha habido durante la pesca.
Son sublimes, cuando los hay, los calamares de potera –pescados uno a uno con un anzuelo especial para este tipo de molusco-, asados a la plancha, que el propio Manolo se ocupa de acabar de preparar en la mesa, con una reducción de la tinta y un exquisito aceite de oliva virgen de la región. También es exquisita la caldereta de langosta, que debe solicitarse por encargo. La oferta se completa con otros productos del mar, como excelentes percebes traídos de Galicia, almejas y gambas y algún plato elaborado con cerdo, procedente del recetario tradicional mallorquín.
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