Cocina Ext.

Consejos para conseguir el peso deseado sin perder la cabeza... ni la salud

Ir introduciendo pequeños cambios de nuestros hábitos alimenticios de forma progresiva es una de las claves

Fruta, cereales y lácteos, los básicos para un desayuno completo y equilibrado.


Nunca nos cansaremos de repetirlo en esta sección dedicada a la nutrición y las dietas: los milagros no existen a la hora de perder peso. Y aunque lo sabemos, el anhelo por recuperar la línea en ciertos momentos del año (tras la Navidad, las semanas previas al verano...) nos lleva a querer adelgazar con prisas y sin pensar en las consecuencias. Y para ello, muchas veces se cae en la tentación de seguir dietas ‘de choque’ que, al final, terminan provocando el efecto contrario al que persiguen: en la mayoría de los casos, el peso perdido mediante dietas desequilibradas demasiado radicales (también conocidas como dietas milagro) acaba siendo recuperado, a veces ‘con propina’. Un fenómeno conocido como ‘efecto rebote’ o ‘efecto yo-yo’ que se manifiesta en un 90-95% de los casos.

Por ello no es en absoluto recomendable el seguimiento de estos regímenes drásticos durante un período corto de tiempo para luego regresar a nuestra alimentación habitual, sino que lo adecuado es modificar los hábitos alimentarios básicos y mantenerlos a largo plazo. ‘Para conseguir con éxito el cambio de chip, es aconsejable ir introduciendo pequeños cambios en nuestros hábitos progresivamente’, asegura Marta Olmos, nutricionista del programa NUSA (Nutrición y Salud). Cambios y pautas alimenticias como las siguen a continuación:

-Comer 5 veces al día, y hacerlo despacio y masticando bien los alimentos.
-Desayunar siempre e incluir lácteos, fruta y cereales y derivados, como galletas con fibra.
-Priorizar la calidad de las calorías frente la cantidad.
-Beber un mínimo de un litro y medio de agua al día.
-Utilizar métodos de cocción sencillos para la preparación de los alimentos, con poca grasa y poca sal.
-Intentar llevar un estilo de vida activo: andar, subir y bajar las escaleras y, cuatro días a la semana durante 30 minutos, practicar alguna actividad física un poco más intensa como ir en bicicleta o nadar.