Iñigo de Arteaga del Alcázar, hijo de Íñigo Arteaga y Martín, XIX Duque del Infantado y Marqués de Santillana, y Almudena del Alcázar, ha fallecido el pasado domingo tras sufrir un accidente con la avioneta que pilotaba. Con él viajaban otras dos personas, Gonzalo Lapique Alonso, de 45 años, y María África de la Calle del Cubillo, de 21 años. Juntos regresaban a Madrid desde el Castillo de Monclova, una de sus residencias familiares, en el término de Fuentes de Andalucía (Sevilla).
Íñigo, Marqués de Távara, Conde de Saldaña y Conde de Corres, pertenece a una de las familias aristocráticas más importantes de España con más de cinco siglos de historia y un patrimonio con propiedades en todo el país. Era un piloto experimentado. Tenía 43 años y es el segundo de cinco hermanos, Iván, Ana, Carla y la escritora Almudena de Arteaga (entre sus obras se encuentra La princesa de Éboli).
Trabajaba llevando la gestión del patrimonio de su familia, que posee varias propiedades emblemáticas como el palacio del Infantado en Guadalajara, el palacio de Lazcano en Guipúzcoa, el castillo de Manzanares del Real en Madrid, el castillo de Calahorra en Granada o el castillo de la Monclova. Cursó sus estudios en Madrid, donde se graduó en Ciencias Económicas y Empresariales, y después estuvo trabajando durante once años en Londres, antes de regresar a España.
Por el momento, se desconocen las causas del accidente, que ha ocurrido en la localidad toledana de San Pablo de Los Montes. Según ha informado la Delegación del Gobierno de Castilla La Mancha en una nota de prensa, el aparato se precipitó contra el suelo por causas que todavía se están investigando. Había iniciado el vuelo en la provincia de Sevilla y se dirigía a un aeródromo de Toledo cuando, por razones que se desconocen, sobre las 18:30 sufrió dicho accidente y las tres personas que viajaban en la avioneta fallecieron en el acto. Según informó a Efe el oficial del Consorcio de Bomberos de Toledo, la zona del accidente, en la finca Cabrahigos, de propiedad municipal, está situada a unos 1.200 metros de altura en mitad de una ladera, lo que ha dificultado las tareas de rescate.
El Ducado del Infantado es uno de los títulos nobiliarios más antiguos de España. Es un título aristocrático de origen castellano creado por los Reyes Católicos en 1475 para la casa de Mendoza. El Duque de este título fue Diego Hurtado de Mendoza, el que fuera el primer hijo del Marqués de Santillana. El nombre completo del mismo era Duque de las Cinco Villas del Estado del Infantado.
Los Reyes Católicos crearon también en 1479 el Condado de Saldaña, para que lo ostentaran los herederos del ducado del Infantado. En esos momentos, el hijo y heredero de Diego Hurtado de Mendoza, era Íñigo López de Mendoza, que se convirtió en el I Conde de Saldaña, después II Duque del Infantado. A partir de ese momento todos los herederos del ducado, han sido Condes de Saldaña, ostentando también el Marquesado de Santillana, como primer título que ostentó la familia Mendoza.
En 1520 Carlos V distinguió a los Duques del Infantado como uno de los 25 primeros títulos en ostentar la dignidad de Grandes de España.