Lo que comenzó con un pequeño accidente de coche se ha convertido en uno de los mayores escándalos que se recuerdan en los últimos años. Tiger Woods, considerado el mejor jugador de golf de todos los tiempos, vive el momento más difícil de su vida después de que su esposa, Elin Nordegren, haya abandonado el domicilio conyugal al descubrir las supuestas infidelidades del deportista.
La bella modelo sueca, de 29 años, se ha marchado del hogar que compartía con Woods, de 33, en Isleworth (Orlando) y estaría considerando pedirle el divorcio, que podría convertirse en el más caro de la Historia. La pareja, que se casó en 2004 y tiene dos hijos - Sam Alexis, de dos años, y Charlie Axel, de nueve meses- firmaron un acuerdo prematrimonial de 200 millones de euros, a lo que habría que sumar la parte correspondiente de las ganancias de Tiger en los últimos años, el valor de la mansión en Florida (unos dos millones) y el del yate que poseen (valorado en 15 millones).
Todo empezó a las 2.30 de la madrugada del pasado 27 de noviembre. El golfista chocaba contra una boca de riego y un árbol de unos vecinos en los alrededores de su casa en Florida y era llevado al hospital con heridas leves tras ser rescatado por su esposa, quien al oír el choque habría acudido a socorrerle con un palo de golf. Sin embargo, el misterio en torno al accidente –acrecentado por el hecho de que el golfista se negara a hablar con la policía- dio pie a especulaciones y se dijo entonces que las heridas se las había hecho su mujer tras una fuerte discusión relacionada con una supuesta infidelidad del deportista.
Woods negó en un principio dicha versión asegurando en su página oficial que él era el único culpable y que su esposa era la primera que había acudido a ayudarle. Pero la aparición de al menos tres mujeres que aseguraban haber mantenido relaciones con él obligó al jugador a reconocer su error, de nuevo a través de su web: “Le he fallado a mi familia y lamento estas transgresiones desde lo más profundo de mi corazón. No he sabido actuar conforme a mis valores y al comportamiento que mi familia merece”.
Pero el escándalo ha aumentado con el número de mujeres que han salido a la palestra para dar a conocer sus respectivos “affaires” con Tiger. Desde una camarera de Los Ángeles que dice guardar cientos de mensajes para probar su historia, hasta una estrella del porno, pasando por la gerente de un club nocturno de Las Vegas y una relaciones públicas de Nueva York, ya son diez las supuestas amantes de la estrella. Aunque es esta última, Rachel Unitel, la que habría puesto sobre aviso a la mujer de “El Tigre”, quien le habría sorprendido mandándole un mensaje de texto a Unitel la noche del accidente.
En medio de toda esta vorágine, la suegra de Woods viajó hace unas semanas a Orlando y para apoyar a su hija en estos durísimos momentos y ha sido la protagonista del último capítulo en esta historia. Barbro Holmberg, reconocida política en Suecia, tuvo que ser hospitalizada este martes a las 2.30 de la madrugada tras haber sufrido una indisposición estomacal. La madre de Elin tuvo que ser trasladada en camilla hasta el Health Central Hospital de Ocoee - el mismo al que acudió Woods tras el accidente de coche-, donde fue sometida a una evaluación y dada de alta horas más tarde. Barbro estaría ya en la casa de Orlando a la que se ha trasladado su hija con sus hijos, quien “está increíblemente molesta por lo que ha pasado", según ha asegurado la ex tenista Lindsay Davenport en el programa de televisión Entertainment Tonight.
Los medios estadounidenses se rifan una entrevista con Tiger Woods, quien según los informes policiales estuvo bebiendo alcohol e ingirió también ansiolíticos antes de coger el coche el día de su accidente. El golfista estaría barajando la posibilidad de acudir al programa de Oprah Winfrey para contar su versión de los hechos. “Tiger odia hablar de su vida, pero está en un momento desesperado", señalaba un familiar de Woods el lunes en el Daily Star. Se desconoce la decisión que tomará finalmente, aunque parece claro que el último capítulo de esta historia aún está por escribirse.