Estados Unidos vivió ayer un día de fiesta. Como cada 4 de julio se celebró el Día de la Independencia y todo el país se vistió de gala. Barack Obama y toda su familia se unieron a las celebraciones. El viernes, Barack Obama volaba a Camp David, Maryland, la residencia presidencial de descanso. Según la prensa extranjera, viajó en compañía de su amigo Martin Nesbitt para reunirse con su esposa, Michelle, y sus hijas, Malia y Sasha, que le esperaban allí.
El sábado por la mañana, Obama regresaba a Washington, donde tenía pendiente una cita con los militares. Abrió las puertas de la Casa Blanca para celebrar con ellos y sus respectivas familias este día de fiesta. Todos disfrutaron de la tradicional barbacoa en los jardines Sur de la residencia del Presidente.
Fue un día para el recuerdo ya que no sólo es la primera celebración del 4 de julio desde la llegada de Obama a la Presidencia, sino que esta fecha era también muy importante para toda la familia. Malia, la hija mayor del Presidente y Michelle, cumplió ayer 11 años. La pequeña ya había celebrado su cumpleaños en los días previos junto a sus amigas y compañeras de clase en Camp David pero también disfrutó en el acto oficial.
Como suele ser habitual, la bandera del país engalana estos días los edificios y las casas de Estados Unidos y mucha gente opta por llevarlas consigo. Malia no quiso quedarse atrás y se pintó la enseña en una de sus mejillas. Sasha, la pequeña del clan Obama se mostró algo más seria. Su madre, pendiente de ella en todo momento, cogió su mano para que ésta saludara a todos los presentes.