La celebración del 60 cumpleaños de Jackie Adams, madre de Victoria Beckham, tuvo una señalada ausencia, la de su yerno, David. Victoria organizó un almuerzo muy familiar, íntimo y no exento de su toque de personal en el hotel Claridge de Londres, un cinco estrellas gran lujo que es parada obligatoria para ella en sus estancias en la capital británica.
Victoria reservó un salón privado del restaurante Gordon Ramsay, el más selecto del hotel Claridge, y allí reunió a la familia, una docena de personas entre las que estaban sus padres, Jackie y Tony, su hermana, Louise, y también la madre de David, Sandra. No faltó tarta de cumpleaños y las velas se soplaron a las tres de la tarde. Durante la comida, bebieron champán rosado y al final de la fiesta, Sandra recibió sus regalos.
A pesar de ser un almuerzo familiar, Victoria se vistió como para ir a un cóctel en Hollywood y dispuesta a acaparar todas las miradas. Para ella las bajas temperaturas nunca son un obstáculo y ayer escogió un vestido palabra de honor blanco, ajustado y a la altura de la rodilla con adornos plateados sin importarle que el termómetro no permitiera ir sin mangas. Para cubrirse lució una estola de piel sobre los hombros.
Y mientras su familia celebraba el cumpleaños de su suegra, David Beckham jugaba con su equipo, Los Angeles Galaxy, contra Colorado Rapids. El británico no tuvo suerte y perdieron el encuentro por 4-0. Quizás para hacer la derrota menos amarga, se fue con unos amigos a disfrutar del buen juego de Los Angeles Lakers.