La capital española ha vuelto a tener como residentes, al menos durante unas horas, al matrimonio formado por David y Victoria Beckham. La mediática pareja regresó a suelo español con motivo del único concierto que las Spice Girls han ofrecido en nuestro país, dentro de la gira mundial que realizan en su vuelta a los escenarios después de diez años separadas. Sin embargo, en esta ocasión ha sido la señora Beckham quien ha llevado el peso de estrella.
Victoria se convirtió anoche, en el Telefónica Arena de Madrid, en la protagonista absoluta del concierto con el que las 'chicas picantes' se han reencontrado con su público español. Durante las dos horas que duró el espectáculo, miles de fans tararearon las canciones que hace diez años llevaron a Victoria Beckham, Mel B, Mel C, Geri Halliwell y Emma Bunton a vender 54 millones de discos. Los asistentes a la esperada cita con el grupo contemplaron más de ocho cambios de vestuario, diseñado por Roberto Cavalli, en el que no faltaron trajes de esmoquin, corsés de cuero, uniformes plateados o vestidos de plumas con cristales incrustados. Sin embargo, una de las grandes sorpresas de la noche se la reservó Victoria Beckham, que convirtió el escenario en una improvisada pasarela por la que desfiló con gafas de sol y simulando hablar por el móvil al ritmo del Vogue de Madonna. Su hijo Romeo, muy sonriente y con unas curiosas orejeras, la contemplaba desde el palco.
David comió en el Asador Donostiarra
Pero la vuelta a España de las Spice ha traído consigo a David Beckham, que ha tenido la oportunidad de regresar al que fue su hogar desde 2003 hasta el pasado 1 de julio. El jugador inglés fue visto ayer a mediodía comiendo en el Asador Donostiarra de Madrid, restaurante que tantas veces visitó durante sus años de jugador en el Real Madrid. Vestido con una corbata negra en la que sólo se veía la parte alta del cuello, el deportista posó para algunas fans que quisieron fotografiarse con él y más tarde disfrutó de la victoria con la que el equipo blanco, su antiguo club, terminó su encuentro contra el Barcelona. Fue, sin duda, una tarde noche gloriosa para el matrimonio Beckham.