El Sporting Club de Montecarlo reunió anoche a las grandes estrellas de la Fórmula Uno, que, con ocasión la anual gala de entrega de premios de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), cambiaron su acostumbrado mono de piloto por elegantes esmoquines. Fernando Alonso, al que no se le había vuelto a ver desde su visita a Oviedo para asistir a los Premios Príncipe de Asturias y al homenaje que le tributaron sus 'paisanos' en su ciudad natal, reapareció ante las cámaras del brazo de su esposa, Raquel del Rosario, deslumbrante con un sencillo vestido corto rojo y zapatos de tacón negros.
El piloto asturiano, como campeón saliente, hizo entrega del trofeo de campeón del mundo de Fórmula 1 al finlandés Kimi Raikkonen, ganador del último campeonato del mundo de Fórmula Uno tras dos victorias consecutivas de Alonso. La ocasión sirvió también para que el asturiano se volviera a ver las caras con uno de sus máximos rivales tanto en la pista como fuera de ella: su compañero de escudería, Lewis Hamilton. Ambos posaron para la fotografía oficial junto a Alberto de Mónaco, anfitrión de la gala.
Carlos Sainz, entre los premiados Sin embargo, no sólo se dieron cita en esta gran gala de campeones los corredores de Fórmula Uno, sino los de todas aquellas competiciones organizadas por la FIA. Así, también resultó premiado Sébastien Loeb como campeón por cuarto año consecutivo del mundial de rallies, así como el británico Andy Priaulx, campeón del mundo de turismos (WTCC). El español Carlos Sainz también ocupó un lugar de honor en la gala al recoger el trofeo como campeón del mundo de raids. El piloto español llegó a la fiesta en compañía del joven matrimonio Alonso.
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